Idiota
III. Anne
Son contadas las personas que logran conservar
amistades de su infancia, no se diga del colegio porque una de dos, odian a
todo el mundo o solo le hablan a una persona porque… ¿entonces cómo carajos
haces los trabajos que se suponen son de equipo?
Ninguna de las dos opciones es mi caso.
Afortunadamente, encontré a dos maravillosas personas que hicieron mi estancia
en el instituto agradable. Fueron mis mejores amigos. Uno de ellos, Karen,
quien tras perderle la pista por varios años, la he vuelto a reencontrar.
-Mira eso Karen – le señalo por la ventana. Estamos
dentro de la cabaña preparando la cena de los chicos.
-¡Oh, que lindos son! – suelta, sus ojos brillando.
Y es que, es una escena hermosa de contemplar. Frente
a la cabaña se ha encendido una fogata, alrededor se han puesto algunos troncos
largos y gruesos que sirven de asiento. En uno se encuentran Ashton y Michael
sentados. Frente a ellos de pie, esta Lauren al parecer contando una historia
graciosa porque Harry parece estar imitando lo que ella dice.
Ashton y Michael han estado muy cariñosos últimamente
o tal vez siempre lo fueron y yo apenas me he dado cuenta.
-Creo que Ashton y Michael se gustan – confieso.
-Lo sé, es genial – Karen sonríe.
-¿No te molesta?
-No, me parece tierno – sonríe, sentándose en el sofá
– Michael ha estado muy feliz últimamente. Sospecho que tu hijo es la razón de
ello.
-Sí, también ocurre lo mismo con Ash – me siento
frente a ella – el otro día intentó decírmelo mientras me ayudaba a lavar la
bajilla.
-¿Qué cosa?
Y fue realmente gracioso, estaba tan nervioso que
terminó quebrando la mitad de mi bajilla.
-Lo que es más que obvio, que está enamorado de
Michael – suspiro largamente – el amor juvenil es el más fuerte de todas las
etapas.
-Lo sé, dímelo a mí, me casé con mi novio del
instituto y aún estoy con él. No físicamente porque al parecer el “Congreso de
abogados” fue más importante que la “Exposición de Fuegos Artificiales”.
-¿Vamos con los chicos? – propongo.
-De acuerdo.
Nos levantamos y en cuestión de segundos llegamos con
los chicos.
-¿Se divierten y no nos invitan? – suelta Karen, nos
sentamos en el tronco que está a un lado de Mike y Ashton.
-Lauren nos comparte su más reciente historia de
terror – responde Harry.
-¡Oye! – se queja Mike.
Ashton y Lauren se carcajean, me he perdido algún
chiste interno.
-¿Qué historia es? – cuestiono.
-El cómo conocí a Mike – mi hija suelta entre risas.
Todos nos reímos.
Gran parte de la noche nos la pasamos contando
historias mientras asábamos malvaviscos con la fogata. La exposición es en la
madrugada, así que aún nos queda tiempo para compartir. Mike nos deleita con
sus anécdotas de sus clases en bici.
-Les juro que ese renacuajo se estaba burlando de mi –
se queja – era mi primer día de clases y él a lo lejos haciendo malabares –
gruñe.
-Pero has mejorado – reconoce Ashton.
-Gracias a ti, tarado – suelta y de pronto se sonroja
ya que todos tenemos la mirada en él – emh… Ash… Ashton. Gracias a ti, Ashton –
se traba con sus palabras.
-Oh, Mikey. ¡Tienes tu propio código! ¡Estoy tan
orgullosa de ti! Mami tenía uno especialmente para papá, ven acá bebé…
-¡Mamá! – el chico se sonroja, tratando de alejarse de
mi amiga.
Esto es tan divertido.
-Chicos, en una hora comenzará la exposición, ¿Qué tal
si nos vamos preparando?
-Sí, vayan abrigados porque nos iremos hasta la parte
de arriba – recomienda Karen – lleven mucha ropa – se acerca a los muchachos de
manera sospechosa – ustedes no mucha, condones tal vez…
-¡Mamá…!
-De acuerdo, de acuerdo… yo solo decía…
-Vamos Karen, no acoses a los muchachos – la tomo del
brazo y la guio hasta la cabaña.
Una vez dentro empacamos las cosas que necesitaremos y
en cuanto abro la puerta, veo a Lauren corriendo hacia mí.
-¡Mamá, mamá! – llamó asustada.
-¿Qué pasa? – Llego hasta su lado - ¡Karen! – llamo a
mi amiga.
-Son los chicos, algo pasó.
Con el corazón en la mano, corro hasta donde me señala
Lauren.
-Mami fue mi culpa – Harry lloraba, mientras señalaba
hacia Michael y Ashton.
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