Capítulo
29. Hiedra venenosa
Los demás disfrutaban de “La exposición de Fuegos
Artificiales” mientras que Mike y Ashton, bueno, ellos estaban recostados en el
respaldo de la cama del primero. ¿La causa? Hiedra venenosa.
-Eres un soldadito valiente, Mike – susurró Ashton.
-No fue la gran cosa – masculló, su mirada fija en el
techo. Mike hacia lo posible por controlarse, tal vez eran los medicamentos,
pero el hecho que Ashton estuviera acurrucado a su lado no ayudaba mucho a la
causa.
-Lo fue, te sacrificaste por Harry, eso te convierte
en mi héroe – Ashton tenía abrazado el torso desnudo de Mike con su brazo
izquierdo, sus palabras llegaban directamente al oído del teñido.
-Un héroe idiota que al no fijarse se ha caído en
hiedra venenosa y no solo eso, también te he arrastrado. Ahora ambos estamos
embarrados de crema, ¡agh!
-Crema que ya fue absorbida hace minutos por la piel,
Mikey – la sonrisita floja de Ashton hizo que el aludido sonriera.
Se quedaron en silencio, a lo lejos se escuchaban los
fuegos artificiales.
-Mike… - Ashton susurró, su aliento cálido sobre el
cuello del aludido le puso la piel de gallina.
-¿Si? – susurró, no sabía porque lo hacía, pero quiso
imitar al rizado.
-Te… quiero… mucho – susurró lentamente.
El corazón de ambos latía con demasiada fuerza.
-¿Quééé…? – preguntó Mike, susurrando nuevamente. Esta
vez sus mejillas sonrojadas.
-Teee… quiiieeerooo… muuuchooo… - volvió a repetir,
lenta y pausadamente, esta vez al final sonrió quedito.
-Looo… sééé… - Mike lo miró de reojo, Ashton estaba
sonrojado, pero sonreía feliz, demasiado feliz. El teñido se sentía en el
paraíso.
-Mikey… - murmuró.
-Dime – el aludido sonrió, la verdad es que era
divertido estar hablando de esa manera.
-Ahora… te voy a besar – ronroneó.
Y sin esperar respuesta, Ashton asaltó los labios del
teñido. Dulce néctar saboreaba. Ese beso no era como los anteriores. Este era
uno lleno de necesidad, de amor, lleno de pasión. Sus labios parecían estar
hechos el uno para el otro, encajaban a la perfección. El solo besarse no era
suficiente, necesitaban más contacto.
Ashton se sentó encima de Mike, sin interrumpir el beso. El teñido afianzó el
agarre hacia el rizado con sus manos, las cuales acariciaban lentamente la
espalda de éste.
Ashton bajó sus besos hacia el cuello del teñido,
quien gimió ante el pequeño mordisco que el muchacho le dio. Sus corazones
latiendo demasiado rápido, sus respiraciones confundiéndose, sus manos
acariciando toda la carne posible. Sus erecciones rozándose a través de las
prendas. No pensaban con claridad, solo se dejaban ser. Ambos degustándose
nuevamente con los labios.
-Ash… - gimió Mike – esper… esper…
Se separaron brevemente. En Mike la lujuria era
presente en sus iris color verdes. Observó a Ashton, quien estaba todo agitado,
sus cabellos adheridos a su rostro a causa del sudor y sus labios estaban rojos
e hinchados por la actividad reciente.
-Estas… ¿seguro de querer… hacerlo? – el nerviosismo y la excitación a flor de piel.
-Yo solo sé… que… no quiero dejar de besarte y tocarte
– sonrió, divertido, atacando nuevamente los labios del menor.
Mike no se hizo de rogar, pasó sus manos por debajo de
la playera del rizado, quien había dejado de besarlo para pasar a gemir
levemente mientras el teñido besaba y lamia su cuello.
-Espera… espera… - Ashton sonrió, divertido cuando
Mike trató de quitarle la playera pero ésta terminó atorada en un punto entre
sus brazos y cuello.
-Estoy tan… nervioso – musitó Mike, mientras veía a
Ashton quitarse por sí solo su playera.
-¿Nervioso? – El rizado alzó una ceja – escucha… -
hizo que Mike pegara su oreja hasta su pecho, haciéndolo escuchar los latidos
de su corazón – es… la primera vez que hago esto… con un chico – musitó,
desviando la mirada, sonrojado.
Mike mordió su labio inferior. Quería decir lo mismo,
pero le estaría mintiendo al rizado.
-Podemos… detenernos – dejó salir.
-Ni loco – sonrió, besándolo nuevamente.
La cabaña fue invadida por jadeos, tampoco era que los
muchachos se empeñaron por amortiguarlos, nadie los escucharía, demasiados
ocupados estaban presenciando los fuegos artificiales.
Tanto Ashton como Michael estaban disfrutándose el uno
del otro. Entre besos, caricias, mordiscos y gemidos, terminaron desnudos.
Demasiados avergonzados ante el acto. Ya se habían visto desnudos
anteriormente, pero nunca en una situación sexual. Michael solo podía pensar en
lo hermoso que era Ashton, en su cuerpo tan formado, en lo gentil y cariñoso
que estaba mostrándose ante él, que a pesar de lo nervioso que estaba procuraba
no demostrarlo.
Más besos, más caricias, más palabras susurradas al
oído. Ashton creía estar en el paraíso. Nunca había estado con otro chico en
una situación así y se alegraba que la primera vez fuera con Mike, quien se
estaba llevando la situación de la manera más gentil posible.
Más jadeos, más mordiscos. Mike se perdió en las
sensaciones que provocaba el miembro de Ashton dentro de él. En sus relaciones
anteriores él siempre fue el activo, pero esta vez no le importaba estar abajo.
Siempre y cuando fuera con Ashton.
La temperatura de la cabaña iba en aumento así como
las embestidas del mayor. Los besos dulces y pausados pasaron a ser salvajes y
rápidos. Afuera se podían escuchar los fuegos artificiales, pero los muchachos
estaban demasiado ocupados escuchando sus propios gemidos y sintiendo fuegos
artificiales dentro de ellos.
Más embestidas. Ashton mordió el cuello de Mike cuando
llegó al orgasmo. Sus corazones se hicieron uno solo cuando el mayor se dejó
caer en el pecho sudoroso del menor.
-Eso… fue… genial – jadeó Mike, besando la frente de
Ashton.
El rizado lo miró a los ojos, sonriéndole.
-¿Lo fue?
-Por supuesto – le dio un casto beso en la nariz.
-Gracias, Mike. Por dejarme… emh… ¿estar arriba? – no
supo cómo explicarse.
El aludido se encogió de hombros.
-Solo quiero que estés cómodo en esto – le confesó. Y
era verdad, Ashton jamás había estado antes con un chico y Mike quería que su
primera vez la disfrutara y fuera él el de la iniciativa – como dije, estar
abajo fue genial – sonrió, medio adormilado.
-La próxima, yo estaré, lo prometo – Ashton le besó la
mejilla izquierda, se acurrucó a su lado.
Mike sonrió, se sentía realizado. Idiotizado. Todo.
-Oye… - esta vez, Mike fue quien le susurró.
-¿Sí? – Ashton respondió, quedito.
-Te… odio, idiota.
-Lo… sé – sonrió.
-No, en realidad no lo sabes… – ambos se miraron con
intensidad.
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