Idiota
III. Porque eres el único para mí, y yo soy el único
para ti.
-¿Qué? – parpadeó un par de veces. En realidad si lo
había escuchado perfectamente solo quería escuchar una vez más para asegurarse
de no estar en una especie de sueño.
Mike carraspeó. Lo miró fijamente mientras llevaba el
megáfono hacia la altura de su boca.
-¡Te amo, Ashton!
El rizado había entrado en una especie de trance,
¿estaba soñando? No, no lo estaba. Michael lo había dicho, le confesó que lo
amaba. Ashton, él se sentía feliz. Tan irreal.
-Te amo…
Ashton parpadeó un par de veces, ni idea de cómo Mike
había llegado hasta su lado, pero ahí estaba, frente a él, repitiendo esas
palabras que lo habían transportado hasta otra dimensión. El pelirrojo agarró
su rostro, limpiando con su dedo pulgar el rastro que había dejado una lagrima.
-No me alejaré de ti, Ashton. No lo haré.
-Mike…
-Perdóname. Por mi culpa tú estás en esta situación.
Pero te prometo que todo saldrá bien.
-¿Cómo puedes asegurar algo así? – murmuró, bajando la
mirada.
-Porque lo sé. Tú y yo somos el dúo perfecto, ¿lo
recuerdas?
Ashton sonrió de lado, mirándolo fijamente.
-Gracias, Mike.
Mike lo miraba con intensidad, se acercó a66 él
lentamente y comenzó a besarlo. El beso comenzó lento y pausado, después se
tornó a uno desesperado. Se habían extrañado.
[…]
Ambos estaban acostados en la cama, miraban (y sin
mirar realmente) la televisión. Cada uno enfrascado en sus pensamientos. Ashton
quería dejarle en claro a Mike la posibilidad de no salir con vida después de
la operación. Y quería asegurarse que su novio saliera adelante. Y sobre todo,
que no se culpara sobre ello.
-Mike… - llamó Ashton, quien abrazaba posesivamente al
teñido. El aludido lo miró fijamente – Prométeme algo.
-¿Qué es?
-Si la operación no sale bien, saldrás adelante.
-Todo saldrá bien, Ashton – el rizado se sentó, viendo
fijamente al ojiverde.
-Pero si algo falla y…
-Nada de eso pasará – el teñido aseguró, también
sentándose, quedando frente al rizado.
-Tienes que pensar en esa posibilidad…
Mike lo pensaba, pero se auto convencía que todo
saldría bien. Todo tenía que salir bien. Ashton no moriría. No ahí.
-Tú no morirás, amor.
Te lo aseguro.
-Hay pocas probabilidades de salir con vida.
-Pero tú no – el teñido se aferraba – Eres fuerte, cariño. Saldrás y ahí estaré a tu lado
esperando a que despiertes.
Ashton estaba tan centrado con que Mike entendiera ese
punto que no se percató que el teñido hablaba sin usar el código.
-Aun así, si salgo con vida de la operación… - Ashton
bajó la mirada unos segundos – Puedo no recordarte…
-No lo harás – el rizado frunció el ceño – Me lo
prometiste, ¿lo recuerdas? Las estrellas fueron testigo.
-Jamás me olvidaré de ti, Mike. Ni despertando con amnesia.
-¿Lo prometes?
-Con la garrita.
Ashton se mordió el labio inferior al recordar su
promesa.
-Es cierto – lo miró fijamente.
-Ashton. Eres lo mejor que me ha pasado en la vida. No
sé qué haría sin ti. Lamento haberte puesto en esta situación – Ashton iba a
replicar y asegurarle que él no tenía culpa de nada, que el único responsable
fue él mismo al ponerse entre el auto y Mike, pero el teñido no dejó que
hablara – Te prometo estar a tu lado hasta el último minuto posible antes de la
operación. No me moveré del hospital hasta tener noticias de ti. Así que
tendrás que luchar para mantenerte con vida. Y cuando despiertes ahí estaré.
Seré la primera persona que veas en cuanto abras esos hermosos ojos.
El rizado se mordió el labio inferior.
-Me lanzarás esa mirada multicolor, esa que me
tranquiliza. Luego me sonreirás mostrando esos atractivos hoyuelos – el teñido
acarició con su pulgar la mejilla del rizado.
-¿Y qué haré después? – musitó.
-Me pedirás un beso, porqué sé que no puedes vivir sin
ellos… - ambos tenían las miradas cristalizadas, estaban al borde del llanto.
Pero Mike se prometió ser fuerte por ambos, pero sobre todo por Ashton – Y yo
gustoso, lo haré. Te besaré. Porque me encantan tus labios, tu sabor… tus
besos…
Ashton parpadeó, ocasionando que la lágrima que se
empeñaba por mantener en su lugar resbalara por su mejilla.
-Y después de besarte te diré: Te amo. Lamento ser un
idiota, literalmente – ambos sonrieron quedito – Lamento no haberte dicho estas
dos palabras sin usar el maldito código.
En Mike ya eran presentes las lágrimas.
-Ya lo has dicho – Esta vez fue Ashton quien acarició
la mejilla del teñido – Dos veces, hasta me trajiste serenata.
-Espero no haberte roto los tímpanos con mi intento de
canto – sonrió. Y Ashton lo miró fijamente.
-Mike… yo también lo hago – el aludido frunció el ceño
– Te amo.
El teñido se sonrojó. Bajó la mirada por unos
segundos.
-¿Sabes qué haré después? – Lo miró a los ojos, Ashton
negó con la cabeza – Me acostaré a tu lado, te abrazaré y no te soltaré. Porqué
sé que todas esas horas en las que estarás solo en ese quirófano, serán las más
desesperantes de mi vida. Así que no te librarás de mi tan fácilmente,
terroncito de azúcar…
-¿No? – alzó una ceja, con una sonrisa de lado.
-Nop, porque
para mí, tú eres algo para siempre.
-Oh, Mike – Ashton estaba tan sonrojado que solo se le
ocurrió decirle lo primero que se le vino a la mente – No puedes decirme todo
esto y yo simplemente quedarme como idiota, literalmente, sin saber qué cosa
decirte e igualar todas esas palabras hermosas.
-No tienes que decir nada – Mike se encogió de hombros
– Solo prometerme que saldrás con vida.
-Lo prometo. Prometo hacer lo posible por mantenerme
vivo y darte ese beso – le lanzó esa mirada, le sonrió mostrando sus hoyuelos.
Y lo besó.
Lo besó con pasión, con amor. Con deseo.
Mike acarició sus brazos, su espalda. Ashton hizo lo
mismo. Primero su cabello rojizo, bajó a su mejilla y se detuvo en sus labios.
Se separaron lentamente sin dejar de verse.
-Mike… - el rizado jadeó – hazme el amor…
El ojiverde tenía la mirada brillante, sonriéndole de
lado.
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