sábado, 17 de diciembre de 2016

Capítulo 39. Conversaciones y un sueño extraño.

Idiota


Capítulo 39. Conversaciones y un sueño extraño.


-Yo… no sé andar en bici – Ashton se rasca la nuca distraídamente.
-¿Qué? – Mike sonríe incrédulo.
-Supongo que el Ashton del pasado sí, pero… no recuerdo cómo… yo…
-No te preocupes, yo te enseño. Soy experto andando en bici – Mike le guiña el ojo, lo toma de la mano y lo guía hasta su bicicleta.
El rizado ignora la sensación extraña que lo invade cuando Mike tomó su mano. Incluso, intenta no pensar en el vacío que siente cuando el pelirrojo deja de agarrarlo.
-Iremos al parque, súbete atrás – le sonríe.
Ashton no está muy seguro, pero la mirada confiada por parte del ojiverde termina de convencerlo.
-De acuerdo.
El viento golpeando su rostro le hace sonreír. Mike no mentía, era experto andando en bici.
-Hemos llegado – anuncia el teñido después de varios minutos.
-Conduces muy bien – lo felicitó con una sonrisa - ¿Quién te enseñó?
-De hecho… tú – Mike confiesa, bajándose de la bici. Ashton frunce el ceño.
-¿Yo?
El teñido asiente.
-Calum intentó enseñarme cuando éramos niños pero realmente dominé el equilibrio cuando me enseñaste.
Ashton sonrió, se sintió orgulloso sobre ello, aunque realmente no recordara nada de eso. Después de varios minutos de explicación y recomendación por parte de Mike, el rizado tomó valor e intentó subir en la bici.
-Eso es… mantén el equilibrio… y… ¡espera, espera…!
Demasiado tarde, Ashton cayó al suelo con todo y bici, Mike amortiguó su caída.
-¿Estas bien? – el teñido preguntó preocupado. Ashton, en cambio, reía.
-Lo siento – dejó salir entre risas, aún sin levantarse. Mike lo miró atentamente, acarició su mejilla izquierda. El rizado dejó de reír ante el contacto.
Miles de sensaciones conocidas recorrieron su cuerpo. Observó al muchacho que tenía bajo él, escudriñó cada parte de su rostro. Sus cejas, mejillas, labios… ojos. Esa intensa mirada verde que le transmitía múltiples emociones. Sus labios, rojos y entreabiertos, Ashton juraría que probarlos serían su perdición y confusión… ¿Por qué tenía ganas inmensas de besarlo? ¿Eso era correcto? ¿Y si lo odiaba por hacerlo?
-Yo… - carraspeó, levantándose rápidamente.
-Es mejor descansar un rato – propuso Mike, una vez que Ashton se levantó. Si el rizado hubiera tardado un segundo más en esa posición, no se habría controlado y lo hubiera besado.
Se sentaron donde solían hacerlo, observando a los lejos a los niños interactuar en los juegos públicos.
-Realmente quiero recordar… pero no sé cómo – confesó el rizado manteniendo su mirada en los niños.
-No debes forzarte, tus recuerdos llegaran por sí solos – Mike intentó animarlo.
-Debo hacerlo en menos de diez días. No quiero ir a esa clínica – el rizado bajó la mirada, sus dedos cortando pequeños pedazos de césped.
-No lo harás, ten fe – Mike lo miró, pero Ashton seguía con la mirada fija en sus dedos.
-¿Qué pasa si no sucede? ¿Y si nunca recuerdo nada?
-Lo harás.
-¿Cómo puedes asegurar algo así? – Ashton finalmente lo mira fijamente.
-Porque… porque sobreviviste a una operación de alto riesgo. Eres un chico fuerte. Y te conozco. Siempre cumples tus promesas.
-¿Prometí algo? – el rizado agrandó los ojos.
-Lo… hiciste. A alguien muy especial.
Mike se sintió triste. Observó a Ashton, no podía culpar al muchacho, su amnesia no era del todo su culpa. Fue por el accidente de auto. Si él se hubiera fijado en la calle, Ashton no estuviera en esas circunstancias.
A Ashton se le vinieron a la mente las palabras de Melisa.
-¿Tú sabes quién es? ¿Sabes quién es ese alguien especial para mí?
Mike agrandó los ojos, no se esperaba esa pregunta.
-Yo… lo conozco. Sí. No puedo decírtelo, pero sé que pronto lo recordarás – Mike le sonríe.
-Aseguras muchas cosas sobre mí – musitó con amargura – cosas que ni yo mismo sé que puedo hacer.
-Porque te conozco. Sé que puedes lograrlas – Mike le acaricia sus rizos castaños. Ashton siente algo en su interior. Un calorcito invadiéndolo en su pecho.
[…]
Los días transcurrían y Ashton sentía que el tiempo se le terminaba, es decir, pronto se iría a la clínica y no quería eso. Él quería recuperar la memoria cuanto antes. Solo así su madre lo dejaría ir a Londres con los demás y así iniciar sus estudios.
Luke, Calum y Úrsula se marcharían en dos días. Mike lo haría en seis. Ashton no sabía si quería quedarse solo. Se había acostumbrado tanto a la presencia de todos, pero sobre todo a la de Mike que no sabría si podría recuperarse teniendo al muchacho lejos de él.
Su memoria no cooperaba mucho, porque seguía sin recordar algo. En ocasiones tenia pequeños flashes, pero ninguno relevante, ninguno le había hecho recordarlo todo. Suspiró largo y tendido. Se levantó de la cama y se dirigió hacia la ventana, tal vez un poco de aire fresco lo despejaría y quien sabe, suerte y recupere la memoria con solo mirar un pájaro, una hoja o… ¿Mike?
Ashton frunció el ceño ante la escena.
Mike salía de la casa de Luke. ¿Qué hacía Mike con Luke? Últimamente los veía secretearse o mandarse miradas discretas. Acaso... ¿ellos tenían algo así como un romance? ¿Mike y Luke eran gays?
-No… - musitó, y sin embargo; no pudo despegar su mirada del muchacho de cabello teñido de rojo.
Ashton vio a Mike hasta que ya no lo tuvo en la mira. Mike nunca volteó a mirar hacia atrás. El teñido no fue a visitarlo. Y Ashton, él se sintió vacío y de alguna manera abandonado. ¿Por qué no pasó a saludarlo?
El rizado se sentó en el centro de la habitación. Se cruzó de brazos y piernas, pensando. Tratando de formarse alguna explicación lógica del porqué Michael no pasó a saludarlo.

[…]

-Cariño…
Ashton no puede evitar sentirse enojado. Sabe que su madre no es la culpable, pero alguien debe serlo.
-Ashton…
-Lo siento, mamá, es solo que… me siento un inútil – musitó, bajando la mirada. Anne lo conduce hasta la sala y lo sienta frente a ella.
-No eres un inútil. Estas teniendo un contratiempo. Eso es todo – le acaricia la mejilla.
-Quiero recordar… estar con mis amigos sin sentirme un extraño… regresar a Londres y continuar mi vida en donde la dejé pausada… - Ashton siente un nudo en la garganta – Luke se ha ido, en unos días Mike lo hará y luego yo… pero no a dónde ellos van, me iré a una aburrida y fría clínica que solo me recordará lo inútil que soy – a esas alturas sus ojos están llorosos.
-Ten paciencia, Ash.
-Ya no sé quién soy – una lagrima resbala por su mejilla izquierda.
-Eres Ashton Fletcher Irwin. Mi hijo. Un chico fuerte, decidido y que nunca jamás se ha dado por vencido.
-Sonaste igual que Mike… - murmura con amargura.
-Eso es porque tanto Mike como yo te queremos. Y sabemos lo que puedes lograr – Anne le sonríe, secándole el resto de la lagrima.
-Mamá… no quiero dejar de verlos. Quiero estar a su lado. No quiero ir a esa horrible clínica.
-Es por tu bien hijo.
-Mike me hace bien – deja salir sin pensarlo. Cuando se da cuenta, se siente enrojecer – Yo… emh…
Su madre sonríe.
-Entonces, disfrútalo – le acaricia sus rizos – Si él te hace bien, también te hará recordar – le guiña un ojo antes de levantarse y salir del lugar.
Ashton frunce el ceño.
[…]

-¿Lo prometes?
-Con la garrita.

Ashton despierta de manera alterada. El corazón palpita demasiado rápido que está considerando que le dará un paro cardiaco. Siente sudor frio resbalar por su frente hasta llegar a sus mejillas.
¿Qué demonios fue eso?, ¿Qué prometió? Y lo más importante, ¿a quién se lo prometió?
De pronto, Ashton siente unas inmensas ganas de llorar.
Algo no está bien. Lo siente muy en el fondo de su ser.



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