Idiota
Capítulo
35. Discusión.
-¿Qué demonios hiciste ahora? – Michael fulminó con la
mirada a Luke, quien se encuentra acostado en su cama mientras teclea algunas
palabras en su laptop.
-Sal de mi habitación – fue su respuesta.
-No me iré hasta saber qué demonios le has hecho a
Calum – el teñido terminó de entrar a la habitación del rubio, cerrando la
puerta.
-No le hice nada – rodó los ojos, aunque en el fondo tenía
la sospecha del motivo del enojo del moreno.
-Aún sigo esperando.
-¿Acaso se ha ido a quejar de mi contigo? – se cruzó
de brazos, dejando la laptop a un lado de él.
-No, pero ha estado de mal humor los últimos dos días.
Y lo conozco lo suficiente como saber que tú eres el culpable.
-No siempre yo tengo la culpa – refunfuñó, ceñudo.
-Bien, finge demencia, pero te lo advierto. Si Calum
no vuelve a su estado normal regresaré y te desfiguraré tu rostro de
principito.
[…]
No es que Luke le tuviera miedo a las amenazas de
Michael, pero ahí estaba muy temprano, buscando con la mirada por toda la
cafetería a Calum para disculparse y decirle que en realidad si lo consideraba
un amigo. No le fue difícil ubicarlo, solo tenía que encontrar a la chica rubia
y ahí estaría el moreno.
Tal cual, así lo encontró. Sonrió de lado.
-Hola – saludó, sentándose a un lado de Calum. Éste
frunció el ceño.
-Hola, Luke – Úrsula devolvió el saludo.
-¿Qué quieres? – soltó de mala gana el moreno.
-¿Podemos hablar? – pidió el rubio,
-No quiero – Calum comenzó a ignorarlo, poniendo toda
su atención a Úrsula.
-Mejor los dejo a solas – sugirió la muchacha al
sentirse una intrusa.
-No, no te vayas – pidió Calum con un puchero.
-Saben, creo que lo que sea que haya ocurrido entre
ustedes dos se resuelve con un beso – sonrió, sugerente.
-Yo tengo novia – Luke frunció el ceño.
-Por mí no hay problema – soltó Calum, con un brillo
en sus ojos.
-Genial – la rubia sonrió.
Calum se levantó y se dirigió hasta con ella, la
muchacha alzó una ceja.
-¿Qué haces? – cuestionó al ver a Calum acercársele
mucho a los labios.
-Lo que has sugerido. Todo se resolverá con un beso –
jugueteó con sus cejas.
-Me refería a ti y a Luke – soltó divertida –
demasiada tensión entre ustedes.
-¡¿Qué?! – Calum gritó, asustando a los de la mesa
continua.
-No puedo besarme con… él – soltó Luke, frunciendo el
ceño – tengo novia.
-¿Esa es tu excusa? – dejó salir divertida Úrsula.
-Somos chicos – trató de explicar Calum.
-¿Y? sus amigos también lo son – dejó salir,
refiriéndose a Ashton y Michael – apuesto que los han visto hacer eso.
-Y más que eso – musitaron al unísono.
-¿Entonces?
-No, por supuesto que no. Exijo al menos un cono de
nieve o una cita o qué sé yo… - Calum se levantó y comenzó a caminar hacia la
salida.
-Oye, a dónde vas, aún no hemos hablado – Luke
reaccionó un poco tarde, salió detrás del moreno.
-Eso fue divertido – Úrsula negó con la cabeza.
[…]
Después de todo, Calum y Luke terminaron haciendo las
paces. Estuvieron caminando hasta llegar a un pequeño parque en donde lo
esperaban Michael y Ashton.
-Únanse al juego – sugirió Ashton, quien mantenía
rebotando la pelota de básquet.
Tanto Calum como Luke se encogieron de hombros y sin
preguntarse realmente se unieron al juego. Después de cinco minutos no estaban
muy seguros de seguir en el juego, sobre todo cuando Ashton y Mike se estaban
poniendo demasiados melosos.
-Atrápala, fenómeno
– gritó Mike, lazándole el balón, Ashton lo atrapó sin dificultad.
-Excelente pase, terroncito
de azúcar.
Luke rodó los ojos, tratando de quitarle el balón, pero
fue en vano, el rizado encestó,
-Sí, excelente tiro, idiota.
-Gracias, amor
– respondió Ashton.
Esta vez Calum, fue quien hizo un mohín en su nariz.
Mike estaba feliz. Mientras él decía los apodos, Ashton le respondía tal cual
significaban en su código.
-Vamos por otro punto, analfabeto.
-Por supuesto, mi
cielo – le mandó un beso.
-¡Suficiente! – gritaron ambos chicos.
-Ashton, tú harás equipo conmigo – demandó el rubio,
Calum tomó del brazo al teñido, dándole a entender que haría equipo con él.
-Bien – el rizado le sonrió.
-No te preocupes, zopenco, te dejaré ganar – le guiñó
el ojo.
-Gracias, tesoro.
-¡Ey, sin trampas! – Luke se quejó.
Cinco minutos después, ambos chicos miraban ceñudos la
escena.
-El problema no es el juego o con quién hagamos equipo,
claramente ellos siempre encontrarán la manera de hacer eso.
Y no era para menos. Ashton poseía el balón, Michael
llegó por detrás tratando de “quitárselo”, pero al final terminó abrazándolo
por la espalda mientras intentaba besarle el cuello y Ashton en un vano intento
de alejarse terminó en un ataque de risa. El teñido no le permitió alejarse.
Luke sonreía.
-Eso es el amor, Calum – le guiñó un ojo.
Siguieron viendo a sus amigos, esta vez Mike y Ashton
estaban besándose, el balón fue dejado en el olvido.
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