sábado, 10 de diciembre de 2016

Capítulo 35. Discusión.

Idiota



Capítulo 35. Discusión.


-¿Qué demonios hiciste ahora? – Michael fulminó con la mirada a Luke, quien se encuentra acostado en su cama mientras teclea algunas palabras en su laptop.
-Sal de mi habitación – fue su respuesta.
-No me iré hasta saber qué demonios le has hecho a Calum – el teñido terminó de entrar a la habitación del rubio, cerrando la puerta.
-No le hice nada – rodó los ojos, aunque en el fondo tenía la sospecha del motivo del enojo del moreno.
-Aún sigo esperando.
-¿Acaso se ha ido a quejar de mi contigo? – se cruzó de brazos, dejando la laptop a un lado de él.
-No, pero ha estado de mal humor los últimos dos días. Y lo conozco lo suficiente como saber que tú eres el culpable.
-No siempre yo tengo la culpa – refunfuñó, ceñudo.
-Bien, finge demencia, pero te lo advierto. Si Calum no vuelve a su estado normal regresaré y te desfiguraré tu rostro de principito.
[…]
No es que Luke le tuviera miedo a las amenazas de Michael, pero ahí estaba muy temprano, buscando con la mirada por toda la cafetería a Calum para disculparse y decirle que en realidad si lo consideraba un amigo. No le fue difícil ubicarlo, solo tenía que encontrar a la chica rubia y ahí estaría el moreno.
Tal cual, así lo encontró. Sonrió de lado.
-Hola – saludó, sentándose a un lado de Calum. Éste frunció el ceño.
-Hola, Luke – Úrsula devolvió el saludo.
-¿Qué quieres? – soltó de mala gana el moreno.
-¿Podemos hablar? – pidió el rubio,
-No quiero – Calum comenzó a ignorarlo, poniendo toda su atención a Úrsula.
-Mejor los dejo a solas – sugirió la muchacha al sentirse una intrusa.
-No, no te vayas – pidió Calum con un puchero.
-Saben, creo que lo que sea que haya ocurrido entre ustedes dos se resuelve con un beso – sonrió, sugerente.
-Yo tengo novia – Luke frunció el ceño.
-Por mí no hay problema – soltó Calum, con un brillo en sus ojos.
-Genial – la rubia sonrió.
Calum se levantó y se dirigió hasta con ella, la muchacha alzó una ceja.
-¿Qué haces? – cuestionó al ver a Calum acercársele mucho a los labios.
-Lo que has sugerido. Todo se resolverá con un beso – jugueteó con sus cejas.
-Me refería a ti y a Luke – soltó divertida – demasiada tensión entre ustedes.
-¡¿Qué?! – Calum gritó, asustando a los de la mesa continua.
-No puedo besarme con… él – soltó Luke, frunciendo el ceño – tengo novia.
-¿Esa es tu excusa? – dejó salir divertida Úrsula.
-Somos chicos – trató de explicar Calum.
-¿Y? sus amigos también lo son – dejó salir, refiriéndose a Ashton y Michael – apuesto que los han visto hacer eso.
-Y más que eso – musitaron al unísono.
-¿Entonces?
-No, por supuesto que no. Exijo al menos un cono de nieve o una cita o qué sé yo… - Calum se levantó y comenzó a caminar hacia la salida.
-Oye, a dónde vas, aún no hemos hablado – Luke reaccionó un poco tarde, salió detrás del moreno.
-Eso fue divertido – Úrsula negó con la cabeza.
[…]
Después de todo, Calum y Luke terminaron haciendo las paces. Estuvieron caminando hasta llegar a un pequeño parque en donde lo esperaban Michael y Ashton.
-Únanse al juego – sugirió Ashton, quien mantenía rebotando la pelota de básquet.
Tanto Calum como Luke se encogieron de hombros y sin preguntarse realmente se unieron al juego. Después de cinco minutos no estaban muy seguros de seguir en el juego, sobre todo cuando Ashton y Mike se estaban poniendo demasiados melosos.
-Atrápala, fenómeno – gritó Mike, lazándole el balón, Ashton lo atrapó sin dificultad.
-Excelente pase, terroncito de azúcar.
Luke rodó los ojos, tratando de quitarle el balón, pero fue en vano, el rizado encestó,
-Sí, excelente tiro, idiota.
-Gracias, amor – respondió Ashton.
Esta vez Calum, fue quien hizo un mohín en su nariz. Mike estaba feliz. Mientras él decía los apodos, Ashton le respondía tal cual significaban en su código.
-Vamos por otro punto, analfabeto.
-Por supuesto, mi cielo – le mandó un beso.
-¡Suficiente! – gritaron ambos chicos.
-Ashton, tú harás equipo conmigo – demandó el rubio, Calum tomó del brazo al teñido, dándole a entender que haría equipo con él.
-Bien – el rizado le sonrió.
-No te preocupes, zopenco, te dejaré ganar – le guiñó el ojo.
-Gracias, tesoro.
-¡Ey, sin trampas! – Luke se quejó.
Cinco minutos después, ambos chicos miraban ceñudos la escena.
-El problema no es el juego o con quién hagamos equipo, claramente ellos siempre encontrarán la manera de hacer eso.
Y no era para menos. Ashton poseía el balón, Michael llegó por detrás tratando de “quitárselo”, pero al final terminó abrazándolo por la espalda mientras intentaba besarle el cuello y Ashton en un vano intento de alejarse terminó en un ataque de risa. El teñido no le permitió alejarse.
Luke sonreía.
-Eso es el amor, Calum – le guiñó un ojo.
Siguieron viendo a sus amigos, esta vez Mike y Ashton estaban besándose, el balón fue dejado en el olvido.



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