Idiota
Capítulo 9.
No tan secreto.
Ashton seguía pegado al retrete, aunque después de
vomitar todo parecía regresar a su lugar.
-Genial – gruñó al percatarse que no había papel
higiénico en el recipiente.
Buscó en sus bolsillos pero tampoco encontró algo que
le sirviera para limpiarse el rostro. Finalmente decidió buscar en los
bolsillos de la chaqueta de Mike. Se encontró con una hoja de papel arrugada.
Alzó una ceja al percatarse que tenía su nombre escrito.
Se recargó de la pared.
Si estás leyendo esto, por el bien de tu propia existencia no lo leas.
Sobre todo si eres tú, idiota.
Ashton se deslizó lentamente por la pared hasta quedar
sentado en el suelo. Definitivamente, esa era la letra de Mike. Y había escrito
algo que no quería que él leyera, pero no pudo evitarlo, es decir, si alguien
te dice que no leas algo es porque quiere que lo leas, ¿cierto?
El castaño se mordió el labio inferior. Leer o no
leerlo.
Al demonio, comenzó a leer.
Asno… nunca, nunca sabrás lo que en realidad estas palabras significan.
Idiota... Amor
Imbécil... Cariño
Estúpido... Bizcocho
Animal... Bebé
¿Qué significaba eso?
-Oye, animal… ¿todo bien? – esa era la voz de Mike,
quien le hablaba del otro lado de la puerta. A Ashton se le aceleró el corazón.
Nunca sabrás lo que en realidad estas palabras significan.
Mike lo había llamado “animal”. Al castaño le temblaba
la mano. Su mirada leyó nuevamente esa línea.
Animal... Bebé
Tal vez estaba alucinando. Porque… ¿Por qué Michael le
llamaría “bebé”?
-Ey, ¿sigues ahí? – insistió.
En verdad trató de responder pero las palabras
quedaron atoradas en su garganta. Una nueva sensación se apoderó de su estómago
y esta vez no tenía que ver con vomitar.
-Fenómeno… respóndeme.
Dios, esa palabra la usaba demasiado en él. En
automático la buscó en la lista y sí, ahí estaba.
Fenómeno… terroncito de azúcar
Se le pusieron los vellos de la nuca de punta. Tragó
en seco.
-¿Ashton? – esta vez tocó fuertemente la puerta.
-Voy… - su voz salió estrangulada.
Dio un último vistazo a la lista, había algunas
palabras tachadas y en algunas otras había algunas anotaciones.
“gracias por ayudarme en algebra”
“De nada, idiota…”
Guardó la lista en su lugar. Se levantó lentamente. No
estaba seguro cómo reaccionaría frente a Michael, pero de algo estaba seguro.
Si esa lista era real y Mike le volvía a decir que lo odiaba entraría en un
ataque de pánico.
Salió del cubículo. Mike lo escudriñó detenidamente.
El muchacho estaba pálido y evitaba a toda costa su mirada.
-¿Todo bien? – preguntó.
Ashton asintió lentamente. Se sentía estúpido y
confundido.
Todo Michael le confundía. Pero ahora todo tenía
sentido. El por qué no quería que leyera esas palabras ese día que jugaban a
ponerle nuevos apelativos y…
Oh.
Ashton cerró los ojos. ¿Cómo demonios no se dio cuenta
de eso?
-Regresemos… solo, regresemos por favor – susurró,
dirigiéndose a la salida. Mike frunció el ceño, pero lo siguió.
Cinco minutos después, todo parecía regresar a la normalidad,
es decir, justo antes que Ashton leyera el código secreto de Mike.
Solo bastó que el pelinegro hiciera de las suyas.
Empujó a Ashton y éste pisó sin querer excremento de perro. El castaño
despotricó a los cuatro vientos y en cuestión de segundos ambos reían y
bromeaban como siempre.
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