Capítulo 10. Ashton.

Idiota

Capítulo 10.

Ashton.

[Michael]

Por un momento el fenómeno me asustó, después de salir del baño se comportaba de manera extraña y eso no me agradó en lo más mínimo. Es decir, es su cumpleaños, era para que estuviera riendo, saltando, bailando… o yo qué sé, todo lo que fuera menos estando triste.

Tuve una genial idea, tal vez no era la más brillante pero tenía que sacarle una sonrisa. Él iba delante de mí con el elefante de peluche en brazos y simplemente lo empujé. Él… solo diré que su vans quedó embarrada con excremento de algún “solovino o puppy”.

Después de eso, todo volvió a como antes que él entrara al sanitario. Bromeamos por todo el camino de regreso al internado.

-Nos hemos perdido las clases de la tarde – gruñó el fenómeno.

-Si no me dices no me doy cuenta – ruedo los ojos.

-Ese era tu plan ¿cierto? – en realidad era otro, pero qué puedo decir, que él crea lo que quiera.

Me encogí de hombros.

-Mike, Mike es malo conmigo – arrugó la nariz de manera adorable. Espera… ¿Qué dijo?

-¿Qué?

-Le hablo al elefante – rodó los ojos.

-Ni se te ocurra llamar a esa cosa de esa manera.

-Cierto, qué culpa tiene el elefantito para llamarlo así.

-Te mato, ¿escuchas? Te mato – le grité.

Él sonrió. Salió corriendo y yo salí detrás de él.

-¡Detente…! – grité, diablos, ¿en dónde dejé la pistola de agua?

-¡Nunca…! – entró a la habitación. Sus sonrisas haciendo eco por todo el pasillo.

No le di tiempo de esconderse bajo la cama, me aventé sobre él. Ambos caímos sobre su cama. Él seguía riendo, por dios, su sonrisa. Jamás me cansaré de escucharla. Tiene muchos tipos de sonrisa y cada una de ellas me encanta.

Lo apresé bajo mi cuerpo. Lo observé detenidamente. Él estaba ligeramente sonrojado, tal vez por la reciente corrida. No lo sé, yo no podía parar de verlo. Estaba tan sexy, adorable, hermoso…

-Anormal… - salió de mis labios y él agrandó los ojos.

Me empujó, haciéndome caer.

-¡Ey! – me quejé.

Él sonrió nerviosamente. Se sentó en la orilla de la cama, observando al elefante de peluche. Su expresión había cambiado drásticamente. Y eso me molestaba, en el sentido que no quería verlo así.

-¿Todo bien?

Se encogió de hombros, me senté a su lado.

-Gracias por… tan divertida tarde – me sonrió de lado.

-De nada.

Suspiró lentamente.

Me levanté y antes de dirigirme hacia la cama voltee a verlo.

-Por cierto… feliz cumpleaños, idiota.

Le sonreí de lado. Él agrandó los ojos.

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