lunes, 28 de noviembre de 2016

Capítulo 26. El dúo perfecto

Idiota


Capítulo 26. El dúo perfecto


Calum abrió la puerta para encontrarse a Michael sonriéndole.
-¿Sabes? Solo tienes que caminar diez pasos más en línea recta para llegar a la casa de tu casi novio – le saludó con media sonrisa.
-Cállate, Calum – refunfuñó el ojiverde, entrando a la casa sin esperar invitación.
-¿Aun no hablas con él? – Mike hizo un mohín con su nariz – No te va a comer, ¿sabes?
El recién llegado gruñó.
-Tu nuevo cabello le encantará, tal vez tienes mejor suerte siendo pelirrojo – Calum le sonrió, ofreciéndole un vaso con agua. Estaban nuevamente en la cocina.
-Cállate, Calum – frunció el ceño.
-No puedes callarme muchas veces, menos en la casa de mi abuela – refunfuñó.
-Cállate, Calum… - Mike le sonrió – lo siento, era inevitable.
-Al menos ya has dicho otra cosa. Ahora dime, amigo rojito, qué pasa por esa mentecita. ¿Qué ha ocurrido esta vez?
-Me disculpé con el fenómeno – Calum le sonrió – pero me he… ¿vuelto a pelear? – el moreno dejó de sonreír.
-Solo a ti te ocurren estas cosas – negó con la cabeza – cuéntame todo, amigo.

[…]

Dos horas atrás.

Mike llevaba alrededor de quince minutos frente a la puerta de la casa de Ashton. Se mordía el labio inferior a causa del nerviosismo. Sus manos sudaban en demasía. A tan solo unos centímetros estaba de tocar el timbre cuando la puerta se abrió de improviso, dejándolo con la mano estirada.
-¡Mike…! – Ashton le sonrió.
-Hola… - musitó, bajando su brazo – yo…
-Lo siento – ambos dijeron al unísono, sonrieron con nerviosismo, viéndose directamente a los ojos.
-Lamento haberte presionado, tienes razón, no debí obligarte a tomar esas clases de bici y…
Mike llevó un par de dedos a los labios de Ashton, haciéndolo silenciar.
-No te disculpes. Yo también tuve culpa. No debí gritarte. Lo siento.
-Yo también te grité – Ashton se rascó la nuca.
-No vamos a discutir quien le gritó a quien, así que… solo… olvidemos eso, ¿de acuerdo?
-De acuerdo – el de mirada hazel le brindó una sonrisa - ¿todo bien?
-Perfecto.
-Me gusta tu cabello, el rojo te queda bien – Ashton le acomodó un mechón que estaba fuera de su lugar.
-Gracias…
-¿Quieres pasar? – invitó.
-Emh… ¿y si vamos a… tomar algo? – propuso.
Ashton parecía tener una lucha interna, frunció el ceño y abrió y cerró varias veces la boca antes de responder.
-Emh… tendré que decirte que… ¿lo dejemos para otro día?
-¿Qué? – Mike parpadeó.
-Sí quiero ir, créeme, solo que… hoy no puedo…
-Tienes algo más que hacer – soltó más brusco de lo que pretendía.
-No, bueno sí. Es solo que… ¿te puedes quedar? – sugirió.
-¡Ashton…! – Luke llegó hasta con ellos, saliendo de la casa – Me tengo que ir, mi mamá… hola, Michael – saludó, sonriéndole.
El aludido rodó los ojos.
-Mike… pue…
-Me voy…
-¡Espera…!
Mike salió a grandes zancadas de ahí. No miró atrás, no era necesario, Ashton se había quedado en casa, no lo había seguido.
-¡Oye…! – Ese era Luke, lo tomó del brazo – deberías de regresar, él no puede salir de su casa.
-Cállate, Luke – se soltó del brazo y siguió su curso hasta llegar a la casa de la abuela de Calum.
 
[…]

-No entiendo qué es lo que pasa – Calum lo miró en silencio – no quiero ser el “malo de la película”, pero esto me supera.
-Mike, no lo eres. Tienen que aclarar las cosas, eso es todo – sugirió, porque no se le ocurrió qué más decir.
-¿Crees que es buen momento de hacerle la pregunta? Así todo quedará más claro y no me sentiré tan inseguro con la cosa esta que tenemos. Pero si lo hago… ¿no lo estaré presionando? ¿Y si lo alejo?
-Tranquilo, rojito. Un paso a la vez – Calum lo palmeó suavemente.
-Tal vez no somos el dúo perfecto – musitó.
-¿Eh?
-Ya sabes, como esa canción que le gusta a la hermana de Ashton.
-No entiendo – Mike suspiró.
-No es necesario.
Después de un par de intercambios de palabras, Mike salió de la casa de Calum. Dio un último vistazo hacia la casa de al lado. Estaba iluminada. Decidió por mandarle un mensaje de texto al fenómeno mientras se encaminaba hacia su casa, pero al final se arrepintió y lo terminó borrando.
[…]
Ashton se sentía el rey de los imbéciles, tenía que disculparse con Mike. Si le hubiera dicho la verdad desde el principio las cosas hubieran resultado diferentes. En cuanto su madre llegó, salió de su casa con guitarra y bici en mano. La casa de Mike estaba algo retirada de la suya pero no le importó. El muchacho era más importante.
Cuando llegó, ya casi era de noche. La casa estaba a oscuras y si su memoria no fallaba, los padres de Mike no estarían. Ashton sonrió de lado. Comenzó a lanzar piedras hacia la ventana de la habitación de Mike. Solo esperaba que el muchacho aun estuviera despierto o en casa.
-¡Mike...! - gritó.
Para su suerte el muchacho salió, parecía estar despertando de una larga siesta.
-¿Ashton...? ¿Qué...? – El hecho que lo haya llamado por su nombre y no por alguno de sus múltiples apodos le dio un vuelco al corazón.
-Solo... Escúchame, ¿de acuerdo? Solo quiero disculparme por ser un completo... - no encontraba la palabra perfecta para eso, su mano derecha distraídamente subía y bajaba rasgando las cuerdas de la guitarra reproduciendo una melodía suave – solo discúlpame, no quise rechazar tu invitación. Le prometí a Harry pasar todo el día a su lado y él no se estaba sintiendo muy bien por eso no podía salir de casa.
Mike lo miraba fijamente.
-Luke fue a dejar algunas cosas que su madre le iba a prestar a la mía.
El pelirrojo no decía nada.
-Mike sin ti estoy perdido. Te he extrañado, sabes. Mucho. Me haces falta, tú eres mi otra mitad. Yo soy como un bote y tú... La brújula. Eres... Somos como los chicos de esa canción.
-¿Que...? - Mike se perdió en un punto de la conversación.
Estaba recargado del barandal de la ventana y Ashton aún seguía tocando esa melodía suave sin sentido.
-Ya sabes... Puedo ser la mantequilla de maní de tu jalea - Ashton comenzó a tocar la canción a la que estaba haciendo referencia - puedo ser las mariposas que estas sintiendo en tu vientre.
-Esas mariposas se han muerto - musitó Mike. Ashton se encogió de hombros, continuó cantando.
-Puedo ser el capitán y tú mi primer ayudante.
-No lo sé, yo quiero ser el capitán y mandarte a tirar por la tabla así como el capitán Garfio a Peter Pan.
-Siempre me dan escalofríos cuando pienso en nuestra primera cita - el rizado jugueteó con sus cejas.
-Ya supera Disneylandia – rodó los ojos.
-Porque eres la manzana de mi pastel...
-¿Me has dicho gordo? - Ash trató de no reír.
-Eres la música de mi vida, y eres el único… con el que quiero casarme.
-Wow, espera... Primero hay que ser novios - Mike frunció el ceño.
-Porque eres el único para mí, y yo soy el único para ti.
-No lo sé... Estoy considerando al principito... – Mike se rasca la barbilla.
-El principito no es opción – Ashton gruñó, ceñudo.
-Estoy seguro que así no va la canción - el pelirrojo frunció el ceño, Ashton se encogió de hombros - hago mi propia versión – sonrió de lado.
Mike negó con la cabeza, sonriendo. Mostrándole así a Ashton que al menos la disculpa estaba funcionando.
-Mike, No sé si podría estar sin ti, porque bebé, tú me complementas, somos el dúo perfecto. Mike, tú y yo somos el dúo perfecto...
Ashton terminó la canción con un par de notas más.
-¿Y bien? ¿Estoy disculpado? - Ashton le envió una mirada de perrito abandonado.
-Espera... - Mike entró a su habitación, Ash aprovechó para dejar la guitarra cerca del árbol.
-¿Ash...?
-Sí, Mik... ¡Que demo...!
Agua fría había caído sobre el cuerpo de Ashton, en lo que el muchacho asimilaba lo que Mike recién había hecho, el otro muchacho aprovechó para llegar hasta su lado.
-Disculpas aceptadas - Mike sonrió.
-¡¿Y por qué me has mojado?!
-Es como una regla hacer eso – Mike se encogió de hombros – seguramente Julieta le hizo lo mismo a Romeo.
Ashton negó con la cabeza, pero sonrió.
-También se dan besos de reconciliación.
-Cierto.
Mike se acercó a él, besándolo. Ashton aprovechó para abrazarse de él y de paso mojarlo ligeramente.
-Te extrañé – confesó.
-Yo también idiota. Yo también.



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