sábado, 26 de noviembre de 2016

Capítulo 23. Extrañando al fenómeno.

Idiota


Capítulo 23. Extrañando al fenómeno.


[Mike]

Gruño por quinta vez.
Esto es un asco.
Hace tres semanas terminaron las clases y oficialmente, en dos meses más, seré un estudiante universitario.
Odio las vacaciones.
El fenómeno está de vacaciones con su madre y regresa hasta mañana. Calum, el que se hace llamar mi mejor amigo, me ha estado ignorando las últimas dos semanas que porque está cuidando a su abuela. Que vaya inventarle excusas a otra persona, algo me dice que ya esta otra vez enredado en asuntos de faldas o… penes, quién sabe, ha estado misterioso los últimos días.
Tan desesperado de lo aburrido estoy que hasta estuve a punto de hablarle al principito, ¿pueden creer semejante estupidez?
Gruño por sexta vez. Ruedo por ¿décima vez? Sobre mi cama. Hércules se queja porque le he quitado espacio.
Extraño al fenómeno. Sus besos, sus caricias, sus miles de sonrisas, a él… ¿Por qué demonios se ha ido de vacaciones?
-¡Al demonio! – Grito frustrado - ¿Debería llamarle? – le pregunto a mi gata, ella ladea la cabeza.
Estoy demente.
Estoy por mandarle un mensaje de texto cuando un sonido de notificación me avisa que he recibido un mensaje.

De Idiota: ¡Oyee, Mike! ¿Qué crees? Ya he regresado, desde anoche… no quise despertarte y… hasta ahora me he despertado, sé que es tarde, pero el cambio de horario me ha confundido un poco… esto… ¿quieres venir? 

Sonreí de lado, mientras le respondo un “ahí estaré en 40min”.
De pronto las vacaciones comienzan a gustarme.
[…]
Decido tomar el autobús para llegar a casa del fenómeno. El camino se me hace demasiado lento y largo. Para cuando llego pasan de los 40minutos. No es que me caracterice por mi puntualidad, pero tampoco quiero parecer un desconsiderado.
Y el desconsiderado parece otra persona. He tocado más de tres veces el timbre pero parece que el fenómeno se ha quedado dormido nuevamente porque no abre la puerta.
Mi celular vibra, me ha llegado un mensaje de Ashton.

De Idiota: Mike, he salido a dar una vuelta en bici, si ya has llegado, espéranos, ya vamos de regreso.

¿Espéranos? 
Frunzo el ceño.
¿A quién se supone debo esperar?, ¿con quién ha…?
Mi respuesta llega a mí y no estoy seguro de cómo sentirme.
A unos cuantos metros de mí, viene el fenómeno manejando la bici y en la parte trasera, de pie, viene Calum, saludándome. A un lado de ellos, en otra bici, viene el principito y en la parte trasera, así como Calum, viene Harry, el hermano de Ashton.
Frenan.
-¡Mike! ¿Adivina, qué? – saluda Ashton, bajando de la bici, Calum hace lo mismo. Frunzo el ceño.
-¿Qué haces aquí? – ignoro el saludo, mirando fijamente a mi mejor amigo.
-Mi abuela es vecina de Ashton, ¿puedes creerlo?
-¡Eso lo iba a decir yo!
-Lo siento, Ash – Calum le da un golpe amistoso en el hombro. Gruño.
¿Desde cuándo son tan amigos? ¡Ni siquiera sabía que se conocían!
-¿Otra vuelta más? ¿Te unes? – el principito habla. Alzo una ceja. Harry sigue arriba de la bici.
-¡Sí, una vez más, Lukey!
Genial, el hermano de Ash tiene demasiada confianza con la jirafa esa. A mí ni siquiera me ha saludado, pareciera que me odia.
-¿Ashton? – pregunta Calum. En cambio Ash me ve fijamente.
-¿Mike? – Me llama, sigo sin hablar.
Esto es ridículo.
Me siento ridículo.
Y la idea de ver a Calum tan amigo de Ashton… me enferma. Calum es mi amigo, no de él. ¿Eso está mal?
-Oye… ¿todo bien?
-¿Qué…?
¿Cómo demonios nos hemos quedado a solas, él y yo? Parpadeo un par de veces.
-No… sí… no sé…
Esto es raro.
-¿Desde cuándo tú y Calum son amigos? – suelto de pronto la duda que me carcome.
-Compartíamos la clase de algebra… y hace media hora sé que su abuela es mi vecina, ¿puedes creerlo? – sonríe, mostrando sus hoyuelos.
-Solo saliste y casualmente él estaba ahí con su abuela.
-No, en realidad él estaba buscando al gato de su abuela y… tú sabes que soy alérgico a los gatos... y… espera… ¿Por qué el interrogatorio? – frunce el ceño.
-No estoy celoso.
-¿Qué…? – suelta una sonrisa.
-No te burles – gruño, frunciendo el ceño. Él borra la sonrisa.
-No lo hago – parpadea un par de veces.
-El principito está aquí. ¿También su abuela es tu vecina?
-Oh, no, él vive justo frente a mi casa y… ¿a dónde vas?
Ni siquiera yo lo sé. Es solo que… creí que solo seriamos él y yo. No Calum, su abuela, el principito, su hermano y… ¡agh! Esto es ridículo.
Me siento ridículo.
-Mike… - me agarra del brazo, me hace girar lentamente - ¿Qué ocurre? ¿Acaso estas eno…?
No lo dejo continuar. Lo atraigo hacia mí y lo beso lentamente.
¡Cómo lo extrañé!
Nos separamos lentamente.
-Mike… te extrañé – me dice, rodeando con sus brazos mi cuello.
-No te vuelvas a ir.
-No lo haré – sonríe - ¿Todo bien?
-Todo bien, idiota – le sonrío.
-¿Damos un paseo en bici? – propone.
Trago saliva.
Creo que estoy en problemas.



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