Idiota
Capítulo
23. Extrañando al fenómeno.
[Mike]
Gruño por quinta vez.
Esto es un asco.
Hace tres semanas terminaron las clases y
oficialmente, en dos meses más, seré un estudiante universitario.
Odio las vacaciones.
El fenómeno está de vacaciones con su madre y regresa
hasta mañana. Calum, el que se hace llamar mi mejor amigo, me ha estado
ignorando las últimas dos semanas que porque está cuidando a su abuela. Que
vaya inventarle excusas a otra persona, algo me dice que ya esta otra vez
enredado en asuntos de faldas o… penes, quién sabe, ha estado misterioso los
últimos días.
Tan desesperado de lo aburrido estoy que hasta estuve
a punto de hablarle al principito,
¿pueden creer semejante estupidez?
Gruño por sexta vez. Ruedo por ¿décima vez? Sobre mi
cama. Hércules se queja porque le he quitado espacio.
Extraño al fenómeno. Sus besos, sus caricias, sus
miles de sonrisas, a él… ¿Por qué demonios se ha ido de vacaciones?
-¡Al demonio! – Grito frustrado - ¿Debería llamarle? –
le pregunto a mi gata, ella ladea la cabeza.
Estoy demente.
Estoy por mandarle un mensaje de texto cuando un
sonido de notificación me avisa que he recibido un mensaje.
De Idiota: ¡Oyee, Mike! ¿Qué crees? Ya he
regresado, desde anoche… no quise despertarte y… hasta ahora me he despertado,
sé que es tarde, pero el cambio de horario me ha confundido un poco… esto…
¿quieres venir?
Sonreí de lado, mientras le respondo un “ahí estaré en 40min”.
De pronto las vacaciones comienzan a gustarme.
[…]
Decido tomar el autobús para llegar a casa del
fenómeno. El camino se me hace demasiado lento y largo. Para cuando llego pasan
de los 40minutos. No es que me caracterice por mi puntualidad, pero tampoco
quiero parecer un desconsiderado.
Y el desconsiderado parece otra persona. He tocado más
de tres veces el timbre pero parece que el fenómeno se ha quedado dormido
nuevamente porque no abre la puerta.
Mi celular vibra, me ha llegado un mensaje de Ashton.
De Idiota: Mike, he salido a dar una vuelta en bici, si ya has
llegado, espéranos, ya vamos de regreso.
¿Espéranos?
Frunzo el ceño.
¿A quién se supone debo esperar?, ¿con quién ha…?
Mi respuesta llega a mí y no estoy seguro de cómo
sentirme.
A unos cuantos metros de mí, viene el fenómeno
manejando la bici y en la parte trasera, de pie, viene Calum, saludándome. A un
lado de ellos, en otra bici, viene el principito
y en la parte trasera, así como Calum, viene Harry, el hermano de Ashton.
Frenan.
-¡Mike! ¿Adivina, qué? – saluda Ashton, bajando de la
bici, Calum hace lo mismo. Frunzo el ceño.
-¿Qué haces aquí? – ignoro el saludo, mirando
fijamente a mi mejor amigo.
-Mi abuela es vecina de Ashton, ¿puedes creerlo?
-¡Eso lo iba a decir yo!
-Lo siento, Ash – Calum le da un golpe amistoso en el
hombro. Gruño.
¿Desde cuándo son tan amigos? ¡Ni siquiera sabía que se conocían!
-¿Otra vuelta más? ¿Te unes? – el principito habla.
Alzo una ceja. Harry sigue arriba de la bici.
-¡Sí, una vez más, Lukey!
Genial, el hermano de Ash tiene demasiada confianza
con la jirafa esa. A mí ni siquiera me ha saludado, pareciera que me odia.
-¿Ashton? – pregunta Calum. En cambio Ash me ve
fijamente.
-¿Mike? – Me llama, sigo sin hablar.
Esto es ridículo.
Me siento ridículo.
Y la idea de ver a Calum tan amigo de Ashton… me enferma. Calum es mi amigo, no de él.
¿Eso está mal?
-Oye… ¿todo bien?
-¿Qué…?
¿Cómo demonios nos hemos quedado a solas, él y yo?
Parpadeo un par de veces.
-No… sí… no sé…
Esto es raro.
-¿Desde cuándo tú y Calum son amigos? – suelto de
pronto la duda que me carcome.
-Compartíamos la clase de algebra… y hace media hora
sé que su abuela es mi vecina, ¿puedes creerlo? – sonríe, mostrando sus
hoyuelos.
-Solo saliste y casualmente él estaba ahí con su
abuela.
-No, en realidad él estaba buscando al gato de su
abuela y… tú sabes que soy alérgico a los gatos... y… espera… ¿Por qué el
interrogatorio? – frunce el ceño.
-No estoy celoso.
-¿Qué…? – suelta una sonrisa.
-No te burles – gruño, frunciendo el ceño. Él borra la
sonrisa.
-No lo hago – parpadea un par de veces.
-El principito está aquí. ¿También su abuela es tu
vecina?
-Oh, no, él vive justo frente a mi casa y… ¿a dónde
vas?
Ni siquiera yo lo sé. Es solo que… creí que solo
seriamos él y yo. No Calum, su abuela, el principito, su hermano y… ¡agh! Esto
es ridículo.
Me siento ridículo.
-Mike… - me agarra del brazo, me hace girar lentamente
- ¿Qué ocurre? ¿Acaso estas eno…?
No lo dejo continuar. Lo atraigo hacia mí y lo beso
lentamente.
¡Cómo lo extrañé!
Nos separamos lentamente.
-Mike… te extrañé – me dice, rodeando con sus brazos
mi cuello.
-No te vuelvas a ir.
-No lo haré – sonríe - ¿Todo bien?
-Todo bien, idiota
– le sonrío.
-¿Damos un paseo en bici? – propone.
Trago saliva.
Creo que estoy en problemas.
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