viernes, 25 de noviembre de 2016

Capítulo 22. Lluvia de estrellas (2)

Idiota


Capítulo 22. Lluvia de estrellas (2)


[Mike]

-¿Quién es el principito?
No estoy seguro de comprender la pregunta.
Esperen… ¡¿Qué?!
¿Acaso me acaba de preguntar por el principito? ¡¿Es en serio?!
-¡Vete al demonio! – grito, me levanto rápidamente.
-¡Mike, espera!
Me detiene del brazo.
-¿Acabo de decirte prácticamente que te amo y tú solo me preguntas por el principito? ¡Estas demente! ¡Eres un…!
Nada.
Me he quedado en blanco.
Ashton me sostiene fuertemente de los brazos. Su frente y nariz pega con la mía. Ni idea como ha logrado eso ya que soy más alto que él por algunos centímetros.
Su respiración y la mía se confunden.
-Lo siento – murmura.
Me he quedado sin habla sorpresivamente. Nos estamos mirando fijamente, aún sin despegar nuestros rostros.
-Lamento haber minimizado tus sentimientos. No fue mi intensión ignorar todo lo que me has confesado.
Si continuamos de esta manera no podré controlarme, en un momento a otro terminaré besándolo.
-Nunca serás como el perrito abandonado, Mike. Te lo dije en el hospital y te lo vuelvo a decir aquí, con la media luna y el mar de testigo. Tú me gustas. Te quiero más de lo que está permitido. Y me siento afortunado de tener a alguien como tú a mi lado.
Oh, dios… siento mis pies flaquear, que alguien lo haga callar o en este instante me desmayaré y no me importará comportarme como una colegiala enamorada a la que se le acaba de declarar su crush, porque así es como me siento en estos momentos.
Nuestros labios se están rosando, puedo sentir aún su respiración confundirse con la mía. Siento caminar entre las nubes.
-Ashton… - susurro, sus labios chocando con los míos.
Mis brazos rodean su cintura mientras los de él rodean mi cuello.
-Mike… - jadea.
Y al fin sucede. El fenómeno une sus labios a los míos.
Comenzamos con un vaivén suave y lento. Me siento en el paraíso. Sus labios son suaves con sabor a cereza, tanto tiempo esperando este momento que siento que ya podría morir en paz y me siento tan ridículo porque estoy seguro que lo que siento resbalar por mis mejillas en estos momentos son lágrimas. Lágrimas de felicidad, de lograr un sueño, un deseo.
Nuestros labios se separan, su frente pegada a la mía es lo que me mantiene cuerdo.
Una luz parpadeante nos hace desviar la mirada. La primera estrella cae.
-Pide un deseo – le murmuro.
-Desearía… desearía besar mejor, te he hecho llorar. Lamento hacerlo tan mal, Mike – no puedo evitar sonreír. Su mano derecha limpia el rastro de mis lágrimas.
-Créeme esa no es la razón – confieso.
-Que bien, porque pienso hacerlo nuevamente.
Y sin más, el fenómeno comienza a besarme nuevamente. Congelando el momento. Puedo sentir un calorcito en mi corazón. Una corriente eléctrica recorrer cada parte de mi ser. Realmente no quiero que este momento termine. No quiero despertar de este sueño, en donde los segundos son eternos, donde no hay corazones rotos, donde todo es felicidad, en donde realmente soy feliz.
Nos separamos lentamente. Mirándonos fijamente. El fenómeno lleva mi mano derecha hacia su pecho a la altura de su corazón.
-¿Sientes eso?
¿Qué si puedo sentir a su corazón latir sin control alguno?
Asiento lentamente, rosando nuestras narices.
-Es lo que provocan tus besos, tus manos… tú.
-Te haría sentir el mío, pero creo que el mío ya murió desde hace minutos…
Ambos sonreímos.
[…]
Estamos sentados en la orilla del muelle, su mano sosteniendo la mía mientras la lluvia de estrellas se lleva a cabo frente a nosotros iluminando el cielo oscuro.
-Esto es hermoso – confiesa.
-Lo es.
-Mike… si te pregunto algo… ¿prometes no enojarte? – se muerde el labio inferior, su mirada fija en la mía.
-No lo sé, ¿qué clase de preguntas harás? – entrecierro los ojos.
-Entonces… olvídalo.
Niega con la cabeza y su mirada se posa en la lluvia de estrellas.
No puedo evitar reprimir una sonrisa. Sé lo que quiere saber. Y no sé si sentirme halagado o enojado, porque estoy seguro que aun quiere saber quién es el principito.
Saco nuevamente la carta, saco el pequeño lápiz que siempre cargo para casos de emergencia. En la lista del código agrego una palabra más.
Le extiendo la hoja al fenómeno. Él alza una ceja en son de confusión.
-Es tuya.
Sonríe de lado.
-Gracias.
-Así, cuando pasen los años. No te olvides de mí. Ya sabes, por si en algún momento nos llegamos a separar… tú… recuerdes que hubo alguien que te trató de manera diferente… o algo así…
¿Qué demonios estoy diciendo?
Alguien, por piedad, golpéeme con un palo en la cabeza.
-Jamás me olvidaré de ti, Mike. Ni despertando con amnesia.
-¿Lo prometes?
-Con la garrita – me extiende su dedo meñique. Lo acepto gustoso.
El fenómeno comienza a leer el código. Esta vez hay una sensación diferente a cómo lo vi en aquella ocasión.
-¿Cuál es tu palabra favorita para dirigirte hacia mí?
-Tú lo debes de saber, la digo muy seguido – digo, sintiendo un calorcito en mis mejillas.
Frunce el ceño, tratando de adivinar cuál es.
-¿Analfabeto?
-Por supuesto que no, fenómeno – ruedo los ojos y él sonríe de lado.
Demonios, caí en su trampa.
-Espera, “el principito” es ¿Luke? – agranda los ojos.
-Sí, el imbécil ese que tienes de mejor amigo es el principito.
-¿Por qué él tiene un apodo mejor que todos los que yo tengo?
-¿Celoso, tarado? – jugueteo con las cejas.
-¿Tú que crees? – frunce el ceño, cruzándose de brazos.
-Yo creo que eres un bruto y anormal, más cuando haces pucheros – le doy un casto beso en la mejilla.
Sonríe, descruza los brazos.
-¿Cuál es tu frase favorita? – pregunta leyendo el código.
-Creo que ya lo sabes – lo abrazo por los hombros, ambos miramos fijamente hacia el cielo.
El número de estrellas comienza a disminuir conforme se deslizan por el manto celestial. Pronto caerá la última.
-Ash…
Gira lentamente hacia mí.
-La ultima estrella, Mike. Pide un deseo – me dice.
Miro hacia el cielo, la última estrella ha dejado un rastro de luz por todo su trayecto. Sonrío de lado.
-Ya se me cumplió – lo veo a los ojos.
-Oye…
-¿Sí…? - Nos miramos fijamente.
-Te odio, idiota.
-Lo sé.
-No, no lo sabes – le digo, sonriendo.





__________________________________


Capitulo Anterior                                              Capitulo Siguiente





No hay comentarios:

Publicar un comentario