Idiota
Capítulo
15. Carta.
[Michael]
Hoy es sábado. Calum se ha ido a pasar el fin de
semana con su familia. Aún sigo durmiendo en su habitación pero no por mucho
tiempo. He corregido más de tres veces la carta que le he escrito a Ashton y al
fin ha quedado como quiero… o más o menos. Los nervios me invaden cada vez más
conforme me voy acercando a la puerta para dirigirme a la que es mi habitación.
-¿Qué demonios?
Hay un pequeño sobre en el suelo.
Es una carta.
Y está dirigida a mí.
Es de Ashton.
Si los nervios anteriormente estaban a mil ahora están
triplicados.
Mis manos temblorosas recogen la carta y el sobre
queda desgarrado en cuestión de segundos.
Mike…
Lamento, en verdad lamento haber leído tu código secreto. Sé que no
querías que lo hiciera pero lo hecho, hecho esta y no me queda más que
disculparme por la gran estupidez que hice.
Lo lamento.
Sé que me odias por algo has estado evitándome, así que puedes regresar
a la habitación. No es necesario que sigas durmiendo en otro lado. El que se
marcha soy yo.
En verdad, lamento haber leído ese pedazo de papel.
Ashton.
-Oh, por dios…
Parpadeo un par de veces.
-¿Qué…? – algo me dice que no he leído bien. Leo unas
diez veces, pero la frase no cambia, sigue diciendo lo mismo.
El que se marcha soy yo.
Soy yo…
-No, no, no, no…
Salgo rápidamente de la habitación, corro hasta la
habitación 215 empujando a todo el que se me atraviesa en el camino.
-¡Ashton! – grito en cuanto entro.
El fenómeno no está, el principito sí. Y está
llorando.
-¿Dónde está?
Pregunto. El muñequito de ojos azules me fulmina con
la mirada.
-¡¿Dónde está?! – esta vez grito.
-Se ha ido.
El pánico se apodera de mí.
¡Se ha ido!
-Mientes – gruño. Si, tal vez me está bromeando. Él y
yo no somos muy buenos amigos que digamos.
-No me importa – gruñe.
-A mí sí – espera… ¿lo dije en voz alta?
-¿Ahora sí te importa? Lo has tratado peor que la
mierda y ahora que se va ya te importa – su tono de voz es de molestia – Te
dije que no le hicieras daño, pero te importó más tu maldito orgullo.
Preferiste más tu comodidad que la de él.
-Cállate, Luke – gruñí.
-Debes estar feliz. Lograste lo que querías.
-¡Cállate! – Lo empujé – tú eres el que aún se
besuquea con la zorra esa y no tienes el valor de decírselo.
En cuestión de segundos me vi en el suelo. El
principito me acaba de dar un golpe en la cara y por la sorpresa me he caído al
suelo. Estaba por regresarle el golpe cuando la puerta se abrió inesperadamente
revelando a la última persona que quería ver. Maldita zorra.
-Luke, acabo de ver a Ashton camino a la salida con
una maleta y…
-¡Ashton!
Me levantó rápidamente y salgo de la habitación en busca
del fenómeno. Solo espero detenerlo antes que sea demasiado tarde.
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