Mi frase favorita:
Te odio, idiota.
Michael estaba triste y enojado a la vez consigo
mismo. No había conseguido boletos para el concierto de Green Day, su gran
oportunidad se había ido por el inodoro. Odiaba ser pobre y no poder comprar
boletos. Detestaba no haberse organizado y así poder ahorrar y al menos tener
la mayoría del dinero y así no le fuera tan difícil comprar el boleto, pero no.
Prefirió gastarse ese dinero en tonterías.
Gruñó por cuarta y quinta vez. Pateó por décima vez la
cama, la silla, su mochila y prácticamente todo aquello que se le pusiera al
frente, incluso a…
-¡Demonios, Michael, fíjate en donde pateas! – Ashton
gruñó, sobándose la pantorrilla.
-¡Para qué te pones en mi camino! – gritó. El rizado
frunció el ceño. Era evidente que su compañero estaba más que enojado.
-Es mi habitación duermo aquí – rodó los ojos,
dejándose caer en su cama – además estas de mi lado de la habitación.
-Cierra el pico – ladró.
El aludido alzó ambas cejas. Definitivamente su amigo
estaba enojado. Mike seguía caminando en
círculos.
-¿Qué demonios haces aquí? ¿No deberías estar en
camino al concierto?
-No… ¿es hoy?
-Estas bromeando, ¿verdad? – Lo fulminó con la mirada
- ¿Cómo puedes ser la persona más ignorante de todo el mundo?
-Lo olvidé – medio gruñó.
-Ya te lo recordé – lo miró inquisitivamente.
-En realidad… perdí el boleto – Ashton se rascó la
nuca en son de incomodidad.
-En serio… ¿eres o te haces? – gritó exasperado.
-No sé quién demonios te puso de ese humor, pero no
tienes que descargarte conmigo – reclamó, cruzándose de brazos.
Mike abrió y cerró la boca un par de veces sin saber
qué decir. Lo cierto era que estaba celoso. Ashton y Melisa tenían boletos para
ese concierto. Irían juntos. Mientras que él se quedaría solo y abandonado en
su habitación y todo por no haber podido conseguir un mísero boleto.
El ojiverde suspiró, derrotado. Se dejó caer en la
cama.
-Lo siento – musitó.
-¿Qué? – Ashton le mandó una mirada perpleja.
-Lo lamento. No te quise hablar de esa manera – habló
entre dientes. Ashton sonrió de lado. Se levantó de su cama y se dirigió hacia
la de Mike.
-Ahora, ¿me dirás por qué estas de ese humor?
Negó con la cabeza.
-Mike… - le lanzó una mirada de advertencia.
El aludido hizo un mohín con su nariz.
-Yo tampoco iré al concierto… - musitó.
Ashton se encogió de hombros.
-En serio, Ashton. No te entiendo. Eres la única
persona que no está actuando como debería por haber perdido el boleto de un
concierto muy importante en toda la historia.
Ashton se carcajeó.
-Supongo que no soy igual que lo demás…
-Sí, un fenómeno.
El rizado rodó los ojos.
-Tengo una idea. Podemos verlo por la televisión –
jugueteó con las cejas.
-¿En serio? ¿Cómo no se me ocurrió? – dejó salir
sarcástico.
Ashton no respondió, se dirigió hacia el televisor y
comenzó a conectar los cables para que pudiera agarrar mejor la conexión.
-Deberías traer palomitas.
-Veremos un concierto no una película de terror – rodó
los ojos.
-Entonces deberíamos traer cervezas – sonrió de lado.
Ashton dejó de hacer lo que estaba haciendo por unos
segundos para poder lanzarle una mirada de confusión a Mike.
-¿Estas demente? ¡Nos expulsarían!
-Era solo una sugerencia – el ojiverde negó con la
cabeza – Además, estamos en la semana de vacaciones.
El rizado continuó con su labor de conexión de cables.
-No tardes, que quiero ver el concierto completo y no
los agradecimientos que aparecen al final de cada show.
-No presiones que no conecto nada – le mandó una
mirada fulminante. Mike sonrió divertido.
Después de varios minutos, Ashton por fin pudo
conectar correctamente los cables. En el piso extendieron las sabanas y
pusieron todas las almohadas alrededor. Se tumbaron en su improvisado
escenario.
-No es exactamente como me imaginaba que estaría
viendo el concierto de Green Day, pero de esto a nada…
Mil veces prefería eso. Ashton estaba con él y no con
la zorra de su novia. Eso era mucho mejor que haber ido al concierto. Mientras
transcurría el concierto, ellos cantaban a coro junto con los miembros de la
banda, en ocasiones uno de ellos (la mayoría de las veces Ashton) fingía estar
en el escenario con Billy Joe y cantaba a dueto la canción del momento.
Entre risas y comentarios graciosos, la mayoría sin
sentido, el concierto fue llegando a su fin.
En cuestión de segundos la banda se despidió y el
concierto terminó.
-¡Eso fue asombroso! – gritó Mike.
-¿Sabes lo mejor?
El ojiverde esperó expectante lo que diría.
-No tenemos que ir a buscar un taxi, porque ya estamos
en nuestra habitación – sonrió.
-Idiota – Mike rodó los ojos.
-¿Qué? Piénsalo Mike, nos ahorramos el pasaje.
-Ya cállate – pidió entre risas - ¿A dónde vas?
-A mi cama.
-Quédate aquí, no pasará nada por una noche que
duermas en el piso. Imagínate que estas en una pijamada.
-No me gustan las pijamadas – hizo un mohín con la
nariz.
-¿En serio?
Ashton se quedó en silencio.
-Sí… ¡piensa rápido! – sin esperar a la reacción de
Mike, le lanzó una almohada en el rostro.
-¡Qué demonios…! – el ojiverde cayó de espaldas por el
impacto. Ashton se carcajeó.
-Agh, ¡Te odio,
idiota!
-Yo también te amo, amor – Ashton respondió, aun
carcajeándose, siendo ajeno a lo que esas simples palabras causaban en Mike.
[…]
En la madrugada, ambos estaban acostados uno al lado
del otro. Ninguno podía dormir.
-¿Crees que se dé cuenta?
-Ella no es estúpida.
Hasta un ciego se daría cuenta.
-Yo insisto en sacar otro libro de la biblioteca y
hacerlo pasar por el que deberíamos entregar.
-No, Mike. Olvídalo.
-Eres un aguafiestas, Ashton.
El aludido sonrió.
-Lo sé.
-Adivina.
-¿Qué?
-Te odio, idiota – jugueteó con sus cejas.
-Lo sé – rodó los ojos.
-No, en realidad no lo sabes – ladeó una sonrisa.
Y nunca lo sabría.
¿O sí?
[…]
Mike veía a lo lejos cómo Ashton y Melisa discutían.
¿Terminarían? Lo dudaba, Ashton es tan buena gente que seguramente buscaría la
manera que aquella pelirroja le perdonara lo que sea que haya hecho.
-Lo siento, yo… en verdad lo lamento – el castaño en
verdad se sentía mal, pero no se arrepentía de lo ocurrido.
-¿Por qué desde un inicio no me dijiste que no tenías
el boleto?
-Lo tenía… se me perdió en el camino y… eso – esperaba
que la muchacha le creyera.
-Me dejaste sola, Ashton. Suerte que conoc… que
encontré a un viejo amigo – se corrigió rápidamente. Estaba molesta y a la vez
no. Ese día conoció a Luke.
-Lo siento.
-Como sea, después hablamos – se giró y se encaminó
hacia el edificio de las habitaciones.
-Tu novia no se ve muy contenta que digamos – expresó
Mike, al llegar a su lado.
-Se ha molestado por lo del concierto.
-¿Fue sola? – Mike agrandó los ojos.
-No exactamente.
-¿Dejaste sola a tu novia en un concierto?
-¡Mierda! ¿Estoy frito, cierto?
-Lo estas – dejó salir, sonriendo.
Ashton había dicho “Mierda”, mientras para Michael eso
fue lo mejor que le pasó en la vida. Dejó sola a Melisa pero pasó toda la noche
a su lado.
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