Medio Limón
Capitulo Tres.
El hijo de la sirvienta no está
Calum se mordía las
uñas o lo que quedaba de ellas. Cada minuto que pasaba sus nervios aumentaban.
Su mirada se posaba en los clientes que entraban por la puerta y luego hacia su
mejor amigo.
-¡Calum! – Llamó
Ashton desde el otro lado de la barra, el aludido parpadeó un par de veces - ¿ya
está lista la orden 55?
-Sí... - Calum se
giró y le dio la charola.
-¿Estas bien? Estas
pálido.
-Sí… – “más si renunciaras a este estúpido trabajo”.
-Genial...
La campanita de la
puerta sonó, anunciando un nuevo cliente. Calum casi se queda sin respiración.
Eran dos sujetos robustos, vestían trajes de negros y lentes oscuros, dándoles
un aspecto de misterio. Lo último que Calum quería.
-Allá – señaló el
más alto.
El moreno palideció
en demasía cuando se percató que el sujeto señalaba hacia su mejor amigo.
No, no, no... No otra vez...
-¡John, has
llegado! – la chica, a la que Ashton estaba atendiendo, saludó al sujeto de
traje.
-¡Vilma! – el
sujeto de traje, es decir, John, sonrió y se dirigió hacia la joven.
-¡Calum...! – Gritó
Ashton, corriendo hasta su lado, antes que éste cayera al suelo – oye...
-Ash... yo... – en
el moreno eran presentes las lágrimas. Temblaba ligeramente - por favor...
regresa a casa... no regreses...
-Calum, ¿estás
bien? – una chica rubia llegó hasta con ellos, en sus ojos se reflejaba la
preocupación.
-Yo me encargo,
Britany, tú cúbrenos, por favor.
-De acuerdo.
Ashton ayudó a
levantar a su amigo y lo llevó a la parte trasera del local.
-Calum... – lo
sentó en una silla cercana.
-No puedo con esto,
Ash. Lo siento. Vivo con el miedo que te vuelvan hacer daño. No debes
arriesgarte de esta manera. No necesitas el trabajo. Tu familia es la más rica
de todo el continente. Mi madre ha accedido a darte el trabajo porque yo se lo
pedí, pero lo cierto es que ya no puedo con esta incertidumbre, de solo pensar
que van a venir nuevamente por ti
y...
Calum no pudo
continuar, se sentía sofocado, se levantó de la silla y comenzó a caminar de un
lado a otro.
-Yo... Lo siento
Cal, en verdad lamento preocuparte, pero estaré bien y...
-¡Ashton, te
dispararon! ¡Estuviste en coma por tres semanas! – Gritó, haciendo sobresaltar
al castaño - ¡Estuve por perderte! Si algo te pasa... Eres mi mejor amigo, casi hermano y... y...
Comenzó a respirar
agitadamente.
-Tranquilo, Cal,
recuerda respirar – Ashton se acercó a él, ayudándolo a hacer el ejercicio de
la respiración antes que le diera un ataque de pánico.
-Ash... yo... yo...
-Cal... ¡Calum...!
El moreno se había
desmayado.
[...]
Cuando Mike bajó a
la sala de estar se encontró con un Luke demasiado histérico.
-¿Qué pasa, Luke? ¡Oye…!
– el pelirrojo lo tomó de los hombros, obligándolo a verlo directamente.
-Es Ashton.
-¿El hijo de la
sirvienta? ¿Qué hay con él? – frunció el ceño.
-No está, Mike.
Seguramente se fue con Calum. Él no puede salir de la casa – Luke estaba llegando
al borde la locura, Mike hizo lo posible para poder tranquilizarlo, pero era
imposible, al parecer lo único que lo tranquilizaría era trayendo de vuelta al
hijo de la sirvienta.
-Luke, seguramente
el estará bien y...
-¡No...! Lo pueden
encontrar y... no quiero que... me secuestren, Mike. No otra vez...
-¿Qué...? – el
pelirrojo parpadeó un par de veces, su amigo había dicho "secuestrar otra vez".
-Tengo que ir por
él – el rubio se encaminó hacia la salida.
-No Luke, no puedes
salir, estás hecho un manojo de nervios, no llegarás ni a la esquina.
-Pero... Ashton...
-Yo iré por él, ¿de
acuerdo?
-¿Tú? - el ojiazul
parpadeó un par de veces.
-Sip, yo lo haré, me llevaré a Francis, ¿de
acuerdo?
Luke asintió,
lágrimas cayendo por su mejilla. Mike odiaba ver a su amigo de esa manera.
Sabía que algo había ocurrido en esa familia, pero no sabía que todo girara en
torno a un secuestro. Ese era el motivo que su amigo rubio estuviera tan
cambiado.
-Esta es la
dirección de la cafetería - Luke le dio una hoja de papel – es de los padres de
Calum, del chico que estuvo ayer.
Mike asintió,
recordando ese momento en que casi decapita al moreno.
-De acuerdo, vuelvo
enseguida - Luke asintió - necesito que te calmes, ¿de acuerdo? Lo traeré sano
y salvo. Lo prometo.
-Gracias, Mike.
[...]
Ashton miraba
fijamente a su amigo Calum dormir. Después de que el moreno volviera en sí,
Ashton lo llevó a la parte de arriba, donde Calum vivía. Le dio su medicamento
y enseguida se quedó dormido.
-Lo lamento –
suspiró, observando a su amigo dormir.
No sabía que la
preocupación de su amigo llegara a tal grado de ocasionarle un ataque de
pánico. Escuchó ruidos en la parte baja, eso le extrañó, puesto que ya no había
nadie. La cafetería la cerraron temprano. Ashton caminó sigilosamente, con un
bat de béisbol en mano. Los ruidos eran cada vez más altos, escuchó al menos un
par de voces vagamente familiar. En cuanto salió de su escondite, reconoció al
mejor amigo de Luke.
-¿Qué demonios
haces aquí? – cuestionó, aun amenazándolo con el bat.
El pelirrojo lo
observó de arriba a abajo, el hijo de la sirvienta estaba descalzo y además del
skinny jeans negro, demasiado ajustado, solo traía una camiseta interior.
Genial. El muy maldito estaba teniendo sexo con el moreno mientras Luke se
moría de la preocupación por el idiota este.
-Vámonos – lo
agarró de la mano, jalándolo hacia la salida.
-Yo no voy a ningún
lado - Ashton se soltó del agarre. Mike sonrió de lado, como si estuviera
esperando que dijera esas palabras.
-Lo podemos hacer
por las buenas o por las malas. Tú decides - jugueteó con las cejas, Ashton
frunció el ceño – te sugiero la primera opción.
Ashton se cruzó de
brazos, dándole a entender que no se iría por las buenas. Mike rodó los ojos.
-Francis...
-¡No jodas,
Clifford! – gruñó Ashton, descruzándose de brazos, el aludido sonrió de lado.
En cuestión de segundos Francis ya cargaba como costal de papas a Ashton - ¡No,
no, no...! ¡Espera no me puedo ir! ¡Calum, él está...!
-No me interesa tu
novio, nos tenemos que ir, mañana continúas follándolo.
Ashton le envió una
mirada de confusión total.
-¿Qué...?
En cuestión de
segundos, Ashton se vio dentro del auto familiar, intentó escapar pero Francis
se puso frente a él.
-No me obligues a
usar esto – el guardaespaldas sacó una pistola paralizante, Ashton palideció al
instante.
-Wow, no es
necesaria tanta violencia – defendió Mike – estoy seguro que no intentará
escapar, ¿cierto? - Mike parpadeó un par de veces al ver a Ashton sentado en el
rincón, mordiéndose el labio inferior y estrujando sus manos – vámonos – ordenó
al guardaespaldas, sentándose a un lado de Ashton.
El camino a casa
fue invadido por un silencio aterrador. Miró de reojo al castaño, éste aún tenía
diminutos rastros del moretón que él le había ocasionado un par de días atrás.
Pero eso no fue lo que le hizo sentir mal, sino el hecho que el muchacho lucia
pálido y aun estrujaba sus manos con nerviosismo.
-¿Estás bien? -
Mike preguntó, tocándolo suavemente de las manos, Ashton dio un respingo,
alejándose como si su solo contacto quemara.
-Llegamos – Francis
anunció.
Ashton no lo pensó
dos veces, salió corriendo del auto.
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