lunes, 19 de diciembre de 2016

Capítulo 41. Adiós…

Idiota

Capítulo 41. Adiós…


Tres días.
Han trascurrido tres días desde que Ashton descubrió el contenido de la cajita de madera. La hoja de adopción de hércules, el boleto de Green Day y una tira de fotografías. Mismos días los cuales ha estado evitando a Michael. No está enojado con el muchacho, está confundido. La tira de fotografía fue lo que lo llevó a eso. Mike debía de tener una copia, porque la foto que tenía en la esquina del portarretrato (esa donde el teñido muestra la lengua y él sonríe) coincidía con una de la tira.
Ashton no era tonto. Sabía que algo “extraño” ocurría y Mike debía de estar involucrado. Es por eso que lo evita, aunque con ello el tiempo se le esté agotando.
[…]
-Él me odia – dejó salir Mike, jugando con sus dedos. Se encuentra sentado sobre la cama.
-¿Qué hiciste? – preguntó Luke del otro lado de la pantalla de la laptop.
-¿Por qué crees que fue culpa de Mike? – reclamó Calum, ceñudo – si mal no lo recuerdo tú hablabas cuando se cortó la comunicación.
-Fue Ashton – musitó el teñido.
-¿Qué?
-Ashton, fue él quien cortó la comunicación.
-¿Por qué haría eso? – el rubio alzó una ceja.
Mike se encogió de hombros, Hércules llegó a su lado, acurrucándose en sus piernas.
-¿Has hablado con él?
El aludido negó con la cabeza.
-Odio decir esto, pero… Mike regresas en dos días a Londres – Calum recordó – no puedes seguir faltando a clases.
-Lo sé – el teñido se sorbió la nariz – él también se va a esa clínica.
Luke lo mira y no sabe qué decir. Jamás había visto de esa manera al ojiverde ni siquiera cuando Ashton descubrió su código secreto.
-He tomado una decisión – por primera vez, Mike los mira de frente – no veré a Ashton hasta el día que me regrese a Londres. Me despediré de él.
-Pero… Mike…
-No puedo seguir así. Me duele estar a su lado – sus ojos comienzan a llenarse de agua – él no me recordará… - Hércules lo mira, lame su mejilla izquierda, secando así sus lágrimas – no podrá cumplir su promesa. Lo siento…
-Esper…
Mike cierra la laptop, cortando así la comunicación. Ya lo había decidido, se despediría de Ashton al siguiente día. Eso lo destrozaba en demasía.
Comenzó a llorar.
Lloró hasta que ya no pudo más.
[…]
Ashton decide despejar su mente. Se dirige hacia el jardín trasero, se acuesta en el pasto con los brazos extendidos. Ve las nubes deslizarse lentamente, el viento revolotea ligeramente sus rizos castaños. Cierra los ojos por unos momentos y lentamente se deja llevar por el sueño…

-Basta, idiota – le sonríe avergonzado, mientras sus mejillas se tiñen de rojo – a veces eres tan bruto y anormal que…
Deja de hablar, alza su mirada hacia la de él.
-Yo… emh… - se rasca la nuca – tendrás que tener paciencia conmigo, me he acostumbrado a llamarte de esas maneras en un intento de tratar de esconder mis sentimientos. Y ahora que lo sabes me será más difícil…
-No me molesta que me llames así – le respondió.
-Genial, porque ya estoy lo suficientemente avergonzado por llamarte así que no sé si algún día tenga el suficiente valor de llamarte como en verdad esas palabras significan en mi código.
-Tranquilo Mike, esperaré lo que sea necesario.
Él sonríe de vuelta.
-Idiota – baja la mirada, para luego subirla, sin borrar su sonrisa.

Ashton se despierta exaltado. Su corazón latiendo demasiado rápido. En cuestión de segundos se da cuenta que aún sigue en el jardín trasero de su casa y no en su cama.
-¿Ashton?
-¡Mike! – el castaño se levanta rápidamente. No sabe cómo sentirse al respecto, la última vez que se vieron, Ashton lo había corrido de su habitación. Por otra parte, Michael se preparaba para el momento más doloroso de su vida.
-Lo siento – el teñido murmura – no lo recuerdas, pero…yo soy el responsable de que tú no recuerdes. Ese accidente de hace meses, yo fui el culpable de eso…
Mike no puede continuar, pierde la voz por el enorme nudo que se le ha formado en la garganta. Y Ashton, él no comprende nada. Solo sabe que no quiere ver de esa manera al muchacho que esta frente a él. Le duele verlo de esa manera.
-Si tan solo pudiera… retroceder en el tiempo y… - muerde su labio inferior, se limpia las lágrimas. No sabe que más decir, hasta el momento en que siente la mano de Ashton sujetar afectuosamente la suya. Parpadea un par de veces antes de tener el valor de mirarlo a los ojos.
-Tal vez no recuerde ese accidente, pero algo me dice… que tú no eres el culpable.
Michael lo mira fijamente. Ashton le sonríe de lado y Mike, él no sabe qué más decir.
Ashton lo conduce hasta donde estaba sentado segundos atrás. Ambos se sientan en el pasto. Mike cruzados de piernas y Ashton deja que sus extremidades se extiendan.
-Yo… mañana me voy a Londres – Mike deja escapar, su mirada fija en sus dedos, los cuales juegan con el césped. Ashton pasa saliva trabajosamente.
Michael se va.
Se va…
Ashton no puede evitar sentirse abandonado. No quiere que Mike se vaya, pero tampoco puede retenerlo, ¿Qué derecho tiene? Ninguno. Mas sin embargo; no quiere que se aleje de él. No encuentra las palabras para pedirle que se quede. Y eso lo hace sentir más abrumado de lo normal. Y también se siente enojado consigo mismo, tanto tiempo desperdició al estarlo evitando…
¡Estúpido! Se gritó internamente.
-¿Ashton? – el rizado se sobresaltó un poco ante el llamado. Giró a ver a Mike, pudo notar tristeza en ésta.
-Lo siento… - musitó.
-¿Por qué? – preguntó de igual manera.
Ashton se encogió de hombros.
-No lo sé… algo dentro de mi dice que te hago daño…
Ninguno dijo nada. Se quedaron en silencio. Viendo hacia la nada, cada uno sumido en sus propios pensamientos.
Pasaron los minutos y finalmente Mike se levantó, Ashton hizo lo mismo.
-Nunca lo harías, ¿sabías eso? – Ashton frunció el ceño – tú nunca me harías daño. Eres muy importante para mí – Mike le acarició la mejilla, el rizado sintió una corriente eléctrica invadir su cuerpo, pero esta vez no se asustó. Le agradó la sensación. El teñido se acercó lentamente hasta que sus cuerpos prácticamente estuvieran pegados. En Ashton todo era nuevo y tan conocido a la vez que lejos de asustarlo le gustaba. Finalmente Michael terminó abrazándolo.
Un abrazo fuerte y cálido. Aspiró por última vez su aroma.
A Ashton eso le sonaba a despedida definitiva. ¿Ya no lo vería? Mike se iría a Londres y él a la clínica… pero ¿y si después de eso ya no se veían? ¿Era por eso que Mike se había ido a despedir? Ashton no quería eso, se aferró al teñido como si con ello dependiera su vida. No quería alejarse de él. No quería olvidarse de él. Quería recordarlo. ¿Por qué no lo recordaba?
No te vayas… trató de pedir, pero sus palabras no salían.
-Te amo, Ashton… - Mike susurró, dejando petrificado al rizado.
El teñido se alejó lentamente de Ashton.
-Quisiera… quisiera recordarte – sus palabras apenas se escucharon.
-Lo harás – aseguró el teñido – Me lo prometiste.
“¿Lo prometes?”
“Con la garrita”
Ahí estaba, nuevamente, esa opresión en su pecho y un resquicio de recuerdo queriéndose colar al presente. Ashton cerró los ojos fuertemente con la intensión de no dejar ir ese recuerdo. Pero fue en vano.
-Ahí estaré cuando suceda. Lo prometo.
“Con la garrita”
Inconscientemente, Ashton desvió su mirada hacia su meñique. ¿Le prometió a Mike recordarlo? ¿Por qué a él?

-Tengo la sensación que estoy olvidando algo importante.
-No es un “algo”. Es un “alguien”.
-¿Estoy con alguien?
-Imagínate, dejaste de ir al concierto de Green Day por ese alguien – le guiñó un ojo antes de marcharse.

A su mente se vino la imagen de la cajita de madera con las hojas de adopción de Hércules, la tira de fotografías y el boleto de Green Day. Concierto que no asistió y que más sin embargo; lo vio en televisión con Mike a su lado…  
Ashton lloraba.
-Mike, tú… - pero el muchacho ya no estaba. Se había ido.
El rizado se dejó caer de rodillas, cubrió su rostro con ambas manos. Se dejó llevar por el dolor, por la angustia.
Por Mike.



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