Idiota
Capítulo
13. ¿Qué haces?
[Michael]
Aproveché que no había nadie en la habitación para ir
a buscar algo de ropa. Tres días atrás, el principito me había encerrado en el
cuarto de suministro y por su propio bien, espero que no lo vuelva hacer.
Justo cuando ya tenía todo lo necesario y estaba por
salir, la puerta se abrió revelando a alguien. Era él.
Ashton.
Sus hermosos ojos eran adornados por ligeras ojeras.
Sus bonitos rizos en estos momentos eran un desastre. Y su encantadora sonrisa
ganadora de premios estaba ausente.
Ese no era mi idiota de siempre.
-Mike… - llamó.
Yo. Yo entré en pánico. ¿Qué haré si me pide una
explicación? No soportaré la culpa.
-Mike… por favor… - se está acercando lentamente. No
puedo dejar que me acorrale.
-¡Aléjate de mí! – prácticamente le grito. Salgo
corriendo de la habitación, dejando atrás la ropa que había ido a buscar.
[…]
Nuevamente estoy dándome de golpes en la cabeza contra
el duro tronco de aquel árbol frondoso del jardín trasero.
-¿Ahora qué hiciste, Mike?
Esa es la voz de Calum.
-Soy un imbécil, eso es lo que pasa – musito.
-Sí, bueno. El seguirte golpeando no hará que dejes de
hacerlo – mi amigo me aleja lentamente del árbol y me sienta en el pasto.
-Gracias – murmuro.
-Mike… deja de hacerte esto – Calum no es de esas
personas que suplican, sin embargo; pareció ser una súplica lo que me acaba de
decir – me duele verte de esta manera.
-No sé qué hacer, Calum.
-Habla con él – niego con la cabeza. Cubro mi rostro
con las manos, me dejo caer de espaldas hasta quedar acostado en el pasto.
En verdad no sé qué hacer. Me da pánico hablar con
Ashton. Ya sabe que me gusta, que estoy enamorado de él. Y él… él hará lo que siempre
hace. No me querrá lastimar, incluso hasta tal vez crea que le gusto y me lo
dirá. No digo que se volverá bisexual por mí, pero lo intentará. Para no
hacerme sentir mal.
Ya lo ha hecho antes, hace un tiempo atrás, se enteró
que le gustaba a una compañera de clases. No la quiso rechazar cuando lo invitó
a una cita. Lauren fue algo así como un perrito al que acaban de abandonar y se
va a refugiar al lugar más cercano y ese lugar resulta ser la puerta de tu
casa. Y no te queda más que quedarte con él hasta que le busques un lugar en
donde quedarse.
No quiero ser alguien al que le tenga lastima. No
quiero que esté conmigo solo porque sabe que me hará feliz eso.
No quiero ser el perrito
al que acaban de abandonar.
-Si no sabes qué decir… escríbeselo – Calum me saca de
mis pensamientos.
Sonrío de lado.
[…]
Es media noche y me estoy arriesgando a un castigo,
pero me da igual. Subo a la azotea del edificio. El lugar es muy relajante e
incluso reflexivo. Es decir, te hace concentrar y pensar en las cosas más
profundas de tu ser o de tu corazón.
Me voy a la esquina. Me acomodo mis audífonos y pongo
el volumen más alto en mi canción favorita. Sacó la libreta y el lápiz. Y solo
entonces comienzo a escribir.
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