sábado, 10 de diciembre de 2011

Prólogo

No me olvides…

Prólogo



Los miembros del Wizengamot observaban con verdadera aberración al rubio. Todos sin excepción lo odiaban.
—Draco Malfoy Black, de pie — ordenó el Ministro de Magia, el aludido obedeció — se le acusa de adulterio. Es un delito muy grave en la comunidad mágica. El castigo será muy severo, en dado caso que las pruebas que muestre su esposo Harry Potter, sean suficientes.
El rubio no hizo ademan de querer protestar. Había gastado toda su energía en las últimas semanas en tratar de hablar con Harry y explicarle lo que realmente había ocurrido, sin embargo, el ojiverde había cortado toda comunicación con él.
—Señor Zabini, adelante — la voz del secretario del ministro, sacó del ensimismamiento al rubio.
A Draco le dio un vuelco al corazón, si habían mandado a que Blaise Zabini declarara, entonces no habría de qué preocuparse, Zabini diría la verdad, diría lo que realmente había ocurrido, no habría forma que mintiera. Con el Veritaserum el moreno confesaría su propio crimen y él, Draco, estaría absuelto de todo…
—Es verdad, Draco y yo somos amantes — la voz de Blaise resonó en todo el tribunal — hemos tenido un romance desde que estábamos en  Hogwarts.
—¡Mientes! — gritó de pronto Draco, que ya se encontraba, del otro lado del tribunal custodiado por dos guardias.
—¡Silencio, señor Malfoy! — Advirtió el ministro — prosiga, señor Zabini.
—Como decía, Draco y yo hemos estado viéndonos a escondidas de Potter… aunque claro, no contábamos con que ese día llegara temprano y nos encontrara en plena acción, en su propia habitación. De eso debo culpar a Draco, fue su idea, su más perversa fantasía, además…
Blaise continuó con su declaración, mientras Draco se preguntaba internamente cómo demonios el moreno había logrado evadir el Veritaserum. Todo estaba saliendo mal.
—El Wizengamot tomará un receso de quince minutos, después tomará una decisión con respecto a la petición de Harry Potter, el demandante.
Uno a uno de los miembros se fueron retirando al cuarto continúo, mientras que a Draco le invadía la incertidumbre ¿Qué sería de él? ¿Qué sería de su familia? Mientras tanto Zabini, que era custodiado por otros dos guardias, le sonreía triunfante.
—Déjenme a solas con él — ordenó Harry, al llegar al lado del rubio. Los guardias obedecieron, después de todo, era el héroe mágico, el futuro jefe de aurores, quien se los ordenaba — ¿Cómo pudiste hacerlo? — Espetó, en cuanto los guardias estuvieron lejos — ¿No pensaste siquiera en que te descubriría?
—No fueron así las cosas Harry — se quiso explicar — Zabini me…
—No me interesa escuchar tus mentiras, Malfoy — le interrumpió, en sus ojos se veía claramente el rencor — y ahora, pagarás por tu comportamiento.
—Zabini me vi…
—No me interesa escuchar, Malfoy — Harry estaba cada vez más enojado, le dolía su traición ¿Cómo pudo haberle hecho eso su rubio, cuando cada noche le confesaba que lo amaba? No tenía excusa, por lo tanto tampoco perdón — Espero que hayan valido la pena los revolcones con Zabini, porque los seguirás teniendo, con la diferencia que ya no tendrás que esconderte de mí.
—Harry yo no…
—¿Por qué te casaste conmigo? — preguntó de pronto, haciendo que el rubio parpadeara por la sorpresa.
—Porque te amo — susurró Draco.
—Esa fue la versión hacia el mundo mágico, la mentira. Ahora dime la verdad, tu versión.
—Esa es mi verdad Harry.
—Lo hiciste para borrar los crímenes de tu familia ¿cierto? — Harry lo veía furiosamente — todos me lo dijeron y yo no les creí. Te creí a ti. Estoy pagando mi error. Es hora que tú pagues por el tuyo.
El ojiverde se dio la vuelta, quería desaparecer de ese lugar, olvidarse de todo y de todos, en especial de Draco, de su rubio, de ese chico de ojos grises que logró meterse en su cabeza, en su corazón. De ese chico que le regresó las ganas de salir adelante después de la Guerra contra Voldemort, de ese Slytherin que le dio sentido a su vida, de ese rubio que le dio una nueva familia, de ese Draco que también… le traicionó.
—¡Harry! — escuchó cómo Draco le llamaba, sin embargo esta vez no volteó. No lo volvería hacer. No como en aquella ocasión…
 El ojiverde salió del Tribunal, comenzó a ver borroso, enseguida se llevó una mano hasta sus ojos y secó las pequeñas gotas de lágrimas que amenazaban con deslizarse.
—¡Señor Potter! — Uno de los aurores llegó corriendo hasta su lugar y le extendió un pedazo de pergamino — la decisión del Wizengamot.
Harry abrió el pequeño pergamino y leyó la pequeña nota que le había escrito el ministro, a pesar que el tribunal había decidido estar de su lado y complacer todas sus condiciones. No se sentía bien. Sí, había ganado el juicio, pero había perdido algo más.

A Draco Malfoy. Su familia. Su todo.

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2 comentarios:

  1. o.o ... eso no mas??? ¬¬ .. asi me dejaras con las ganas??? exigo continuacion !!!!

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  2. Hola Kaede Sakuragi =)

    Qué te puedo decir??? me encanta hacerla de emoción jejje, no te preocupes muy pronto estaré con la actu n.n
    Gracias por visitarme por acá ^^
    Besitos
    PISLIB n_n

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