martes, 3 de enero de 2012

Capitulo Veintiocho: Secretos.

Cómo llegar a tu corazón



Capitulo Veintiocho: Secretos.


Los días transcurrían de manera sorprendente, cuando menos se lo esperaban ya solo faltaba un día para las vacaciones de Navidad, pero era de esperarse que los días pasaban asombrosamente rápido y más para Harry Potter, pues al día siguiente su novio se iría a hablar con su padre, por el asunto del Pacto.
Cierto, el Pacto, las cosas no estaban saliendo como él las esperaba y qué decir de Theodore, que estaba incluso peor que su amado ojiverde, había hablado con Daphne pero la chica parecía estar empeñada en no hacer nada, seguía terca en casarse con él.
Theo suspiró largamente.
Se encontraba al pie de un árbol frente al lago, mientras abrazaba a Harry, el cual estaba recostado en su torso.
-Harry… - el aludido se volteó para quedar frente a él – he buscado todas las soluciones posibles, pero todo me lleva a lo mismo, Daphne no se retractará y mi padre estará empeñado en ocupar mi lugar en morir.
-Lo sé – dijo Harry tristemente mientras bajaba la mirada – también sé que tú no dejaras que tu padre ocupe tu lugar – ambos habían hablado de ese tema desde que se enteraron y siempre llegaban a las mismas conclusiones y era doloroso, Harry trataba de evitar el tema, porque cada vez que lo hablaban llegaban a lo mismo: el adiós.
-Pero eso no significa que tu y yo estemos juntos ¿cierto? – le dijo Theo mientras le levantaba la cara con su mano derecha.
-¿Qué? – preguntó perplejo el ojiverde mirándolo a los ojos.
-Que tu yo estaremos juntos hasta donde podamos ya no estar más.
-Hasta el último día… - Harry se detuvo, lo suficiente como para tragar saliva – ¿… antes de tu boda? – Theo se encogió de hombros.
-¿Tu qué dices?
-Yo… - claro que Harry diría que sí, pero tampoco quería que él tuviera problemas – pero ¿y el compromiso?
-Eso es solo una pantalla Harry, el compromiso es para anunciar que el Pacto se cumplirá.
“Y, ¿Lo harás?” – pensaba Harry, pues de acuerdo a lo que Ron le había contado el Pacto se llevaba por un solo propósito, dar herederos. Podrían adornarlos con palabras bonitas, diciendo que es para casarse solo con personas de su mismo linaje,  o que se sentían orgullosos por ser elegidos por algo que los harían más reconocibles por los demás, o que eran fieles a su burocracia, todo era basura, el maldito Pacto solo era algo que los obligaba a ser algo que no querían y para su mala suerte su novio iba ser víctima de eso, que a la vez se escuchaba irónico, porque Theodore sobresalía en todo, pero no precisamente por ser alguien que sigue fielmente la burocracia de su linaje.
-Harry… - lo llamó Theo al adivinar sus pensamientos – te prometo que haré lo posible para buscar otra manera para… - no terminó la oración puesto que Harry lo besó, mientras pasaba sus manos por su cuello.
-Yo también buscaré la forma para que salgas de esta – prometió su amado ojiverde y Theo le sonrió.
-Te enviaré un mensaje en Navidad, siento no poder estar contigo – le dijo momentos después.
-Está bien, lo esperaré con ansias – le dijo mientras lo volvía a besar.

*****

¿Nervioso?
Neville no sabía si así se sentía en esos momentos, pero de lo que sí estaba seguro, era que estaba a solas en el cuarto de Draco Malfoy, Blaise estaba con Ron quién sabe en donde despidiéndose, Theo estaba con Harry en los jardines del colegio y él estaba con Draco en su habitación.
-Creo que están por aquí – decía Draco mientras buscaba unas cosas que ocuparían en la última clases de Herbología, en su armario.
Neville seguía sus movimientos con su mirada, aún no podía creer, que él, Neville Longbottom, fuera novio del príncipe de Slytherin, de Draco Malfoy. Simplemente no lo creía.
-Aquí están – le dijo sonriente Draco, mientras se daba la vuelta y le enseñaba unos frascos con algunas sustancias dentro de éstas.
-¡Genial! – respondió Neville contento.
-¿Qué te pasó en la cara? – preguntó de pronto Draco al ver que su novio tenía un pequeño moretón en su mejilla y que hasta apenas se había percatado de ello.
-Nada – dijo Neville desviando la mirada, claro que sabía que había pasado, en la noche anterior había ido a practicar solo al  Quidditch para darle una sorpresa esa tarde, con sus mejoras en la hora del vuelo, pero en su aterrizaje hubo un pequeño ‘accidente’ y terminó golpeándose con el mango de la escoba en la cara.
-Déjame ver – dijo Draco acercándosele.
-Estoy bien – murmuró Neville apenado dando un paso hacia atrás, pero por alguna extraña razón, que solo Neville puede hacer, se enredó con sus pies y casi cae al piso de bruces, sino fuera porque Draco apresuró sus pasos y alcanzó agarrarlo.
Pero aún así no impidió el que ambos se cayeran al suelo.
-Esto me suena a dejà vú – dijo sonriente Draco al ver a Neville encima de él y éste le sonrió.*
-Pues, ni te imaginas los pensamientos que me pasaron por la mente ese día – dijo sonriendo sonrojado el Gryffindor.
-No, pero yo pienso cumplir los míos de estos momentos – Draco hábilmente cambió los roles, dejando a Neville bajó él y comenzó besarlo suavemente.
Neville pasó sus manos alrededor del cuello de su rubio Slytherin y éste comenzó a acariciarlo por los muslos. Sus besos bajaron al cuello sacando débiles gemidos por parte de Neville, regresó a su boca mientras que con una de sus manos se deshacía de su corbata. El Gryffindor haciendo uso de su valor comenzó a desabrochar la camisa del Slytherin.
-Draco… - murmuró excitado el león.
Draco ya había quitado la corbata, desabrochado la camisa y ya iba por el pantalón mientras que seguía besando, ahora el torso semidesnudo de su novio; cuando alguien carraspeó a su lado.
-Espero… que solo estén practicando ‘primeros auxilios’ – dijo Severus Snape en un tono neutro, pero que sin duda por dentro se divertía mucho, sobre todo cuando vio a los chicos separarse rápidamente.
-¡Padrino! – exclamó Draco sonrojado - ¡Por Salazar! ¿Qué no te han enseñado a tocar la puerta antes de entrar? – el profesor de pociones enarcó una ceja.
-Aunque lo hubiera hecho, dudo mucho que escucharas, estabas más entretenido escuchando otra cosa – oh sí, lo dijo con cierta malicia y Neville Longbottom solo quería simplemente no estar ahí.
-¡Padrino! – se quejó Draco.
-En fin – suspiró el mayor, ya se había divertido, ahora a pasar asuntos importantes – solo pasaba a avisarte que mañana me voy, tengo que hacer algo antes de ir a la mansión Malfoy, para hablar con tu padre.
-Está bien – le respondió Draco – y gracias por ayudarme.
-Sabes porque lo hago, no es necesario que me lo agradezcas – comenzó a caminar hasta la puerta y antes de salir agregó – sigue, disfrutando de Longbottom – dijo con una sonrisa de lado, luego salió.
-¡PADRINO!
Gritó Draco, pero Snape ya había salido de la habitación. 

*****

[Una semana después]

Se supone que el día más feliz esperado había llegado por fin, sin embargo para Harry Potter, era el día menos agraciado, de por si no tenía muy gratos recuerdos de esa fechas hasta antes de entrar a Hogwarts… y ahora se le sumaba el hecho de que no estaría con su novio.
Así que, se pasó prácticamente toda la mañana en el mismo lugar: frente a la chimenea esperando ansiosamente el mensaje de su novio, inútilmente, pues Theo le había dicho que probablemente sería hasta la media noche.
Mientras tanto un pelirrojo y un atolondrado moreno, adornaban alegremente su sala común, aprovechando que serian los únicos que estaban en el colegio, al menos de su casa. Sin embargo, su alegría no era tan plena, al momento de voltear de reojo a aquella chimenea y ver a su amigo ojiverde empeñado en ver aquellas llamas rojas convertirse en la cara de un novio.
Los leones tenían todo preparado para pasar la Navidad en su sala común, sobre todo porque tenían a sus invitados especiales: Blaise Zabini y Draco Malfoy.
-Emh… ¿Harry? – Llamó Neville – nos podrías ayudar a colocar estas esferas en el árbol? – la intención del moreno era animar a su amigo, pero Harry solo se limitó hacer un ‘Wingardium Leviosa’ y las esferas que Neville tenía en las manos se colocaron en el árbol; provocando que Neville se sintiera  más deprimido por su fracaso en querer hacer animar a su amigo.
-Harry… - quiso intentar Ron, pero el ojiverde solo se limitó a enviarles una sonrisa, demasiado triste, para luego irse a su habitación, dejando por primera vez en tres días aquel lugar.
-¿No podemos hacer algo por él? – de pronto soltó Neville frustrado, pues sinceramente ya habían intentado de TODO.
-Solo hay un apersona que puede animarlo.
-Lo sé, pero por si no te habías dado cuenta, ¡Él no está aquí! ¿Conoces a alguien más?
-Creo que sí – dijo sonriente Ron – ¡ahora vuelvo! – dijo mientras salía de la sala común.

*****

Tenía tres días de haber llegado a su casa, pero aún así no sabía cómo iniciar esa conversación con su padre, suspiró con resignación, no quería estropear esa Navidad que pasaría  con su padre, pues quizás sería la última, pero el tema era inevitable.
-Papá, ¿puedo hablar contigo? – le llamó Theo, estando dentro del despacho.
-Adelante hijo, si es por la cena, no te preocupes, solo estoy resolviendo  algunos  pendientes, prometo desocuparme pronto – le dijo animadamente el Señor Nott, pero la cara de su primogénito le indicó que algo ocurría y no era precisamente el asunto de la cena de Navidad - ¿de qué quieres hablar?
-¿Recuerdas, que hace tiempo me hablaste del ‘Pacto Pureblood’? – el mayor entornó los ojos ¿Por qué quería hablar del Pacto justo ahora?
-Sí, fue hace mucho tiempo – dijo  el mayor prestándole atención.
-Draco y Blaise, fueron elegidos para cumplirlo – confesó el chico distraídamente.
-¿En serio? – preguntó el anciano, tratando de sonar sorprendido – creo que deberían de ser más discretos con ese ‘asunto’ Theo, es un secreto y nadie debería saberlo, excepto claro los involucrados…
-Eso mismo opino – le dijo Theo viéndolo a los ojos y el Señor Nott supo que su hijo ya lo sabía, no de en balde era el mejor en su casa del colegio.
-Hijo…
-¿Cuándo pensabas decírmelo? – Le interrogó en un tono, con cierto reproche - ¿el mismo día de mi compromiso? Es decir el día en que murieras por mí? – prácticamente ya le estaba reprochando. El señor Nott dejo salir un suspiro.
-Theo, yo solo quiero que seas feliz…
-Y muriendo tu por mi ¿lo seré? – le reclamó alzando la voz.
-¡Pero tampoco lo serás casándote con alguien a quien no amas!
-¡Ese es mi problema!
-¡Claro que no! Es mío, porque soy tu padre y velo por tu seguridad y felicidad.
-¡No permitiré que lo hagas! – amenazó el menor de los Nott.
-Theo – suplicó Nott, al ver a su hijo tan decidido.
-Padre, has hecho mucho por mí, educándome, criándome, cuidándome, dejándome ser tal como soy, no dejaré que acabes con  tu vida por mí.
-Claro que lo haré si es necesario.
-No llegaras a ese extremo, ya llegaré a un acuerdo con Daphne.
-¿Cómo lo supiste? – preguntó sorprendido.
-Larga historia. Quiero saber cuándo es la fecha de mi compromiso, supongo que se adelantó ¿no? Porque la fecha de Blaise se adelantó y adelantándose una, se adelantan las demás – el mayor no habló.
-¡Padre!
-No te lo diré – fue su firme respuesta.
-¡¿Por qué?!
-Ya lo dije.
-¡No puedes hacerme eso! no puedes decidir sobre mi vida!
-¡Claro que sí! ¡Soy tu padre! – ambos ya se gritaban, era la primera vez que tanto padre como hijo discutían de esa manera, la primera desde hace tres años.
-No importa, yo lo averiguaré – dejó salir rencoroso Theo dispuesto a salir del despacho.
-No averiguarás nada – dijo su padre amenazador serrando la puerta con un hechizo  y el chico Slytherin se volvió con su padre, el cual, ahora, le apuntaba con su varita – es mejor… que olvides que eres parte del Pacto – Theo estaba asombrado, su padre ¡Su padre lo estaba amenazando!
-De todas maneras lo sabré, Blaise y Draco lo saben o ¿también a ellos los harás olvidar? – le decía dolido Theo.
-No, no será necesario, te cambiaré de colegio – Theo estaba incrédulo ante las decisiones precipitadas de su padre y sinceramente lo estaba asustando y sin contar que, por alguna extraña razón, se le venían a le mente flashes haciéndole  sentir en un tipo dejà vú ¿Por qué demonios tenía la sensación de que su padre ya le había hecho olvidar algo?
-¿Qué-qué pretendes papá? ¿Por qué estas decisiones? – Preguntó retrocediendo el chico, al ver a su padre acercarse peligrosamente – es un simple matrimonio, el cual puedo anular y…
-¡No todo es tan ‘simple’ Theo! Ese estúpido Pacto esta maldito y solo trae desgracias.
-¿Desgracias? ¡Pero si tú y mamá se amaron, aún cuando fueron obligados a casarse!
-Tu caso es distinto Theo, tu no amas a Daphne y no la llegarás a amar, porque tu amas a Harry ¿has pensado en él?
El Slytherin bajó la mirada, ¿Qué si había pensado en Harry? Por supuesto que pensaba en él, le quería, le amaba, pero tampoco podría darse el lujo de estar con él a costa de la vida de su padre, eso nunca se lo perdonaría, no quería ser el responsable de la muerte de su padre.
-Sí, claro que he pensado en Harry – le respondió viéndolo a los ojos – pero… no quiero ser el responsable de tu muerte.
Esas palabras quedaron retumbando en los oídos del mayor, después de todo, sí hizo bien haberlo hecho ‘olvidar’ ese incidente.
-Ni yo de la tuya – murmuró Albert Nott afligido, afirmó su varita y se acercó a Theo.
-Por favor, no me hagas esto papá… - Nott se detuvo, veía a su hijo ahí frente a él, sin defenderse, igual que la ultima vez…

*****

 Llamas verdes salieron de la chimenea de la mansión Malfoy, a través  de ellas salió un Severus Snape con un semblante serio.
-¡Severus! – Llamó Narcisa al verlo salir - ¿le pasó algo a Draco?
-No, él está muy bien – le respondió al recordar cómo lo encontró la ultima vez – estoy aquí para otra cosa, para hablar con Lucius sobre el Pacto.
-No creo que quiera ceder.
-Tendrá que hacerlo, no puede obligarlo a cumplirlo, además no me voy a ir de aquí hasta que Lucius entre en razón. – dijo firmemente el pocionista.
-Está en su despacho y gracias por ayudarlo, Severus – agradeció sinceramente la señora Malfoy.
-Soy su padrino, para algo tenía que serle útil.
El profesor de pociones se encaminó hacia el despacho de Lucius, el cual encontró  sentado en la silla de siempre.
-Severus, pero qué agradable sorpresa – lo saludó el dueño de la mansión, arrastrando las palabras. Aunque en el fondo sospechaba las intensiones de Snape.

*****

-¡¡MALDITO SEVERUS SNAPE!! – vociferó una voz, apenas estuvo dentro de una casa.
-¿Qué demonios te pasa Sirius? – preguntó un asustado Remus Lupin al escuchar a su amigo, en medio de su casa.
-Remus, el estúpido de Severus prefirió irse con el maldito de Malfoy que pasar la Navidad conmigo – le dijo incrédulo el ojiazul.
-Sirius… - llamó confundido el licántropo - ¿Por qué demonios Snape pasaría la Navidad contigo? ¿Qué no se supone que se ‘odian’?
-Porque, emh… - Sirius le sonrió como si lo hubieran atrapado en una de sus tantas travesuras.
-Sirius – gruñó Lupin.
-Porque… ¿es mi novio? – le confesó cautelosamente.
La cara que en esos momentos tenia Lupin era todo un poema, no sabía cómo preguntarle a su amigo si todo eso que le estaba diciendo era la verdad o era otra de sus pequeñas ‘bromas’.



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2 comentarios:

  1. debe ser muy deprimente estar en la situacion de harry no(?) digo sus otros dos amigos con sus novios y el hay solo

    pobre señor nott solo quiere proteger a su hijo pero de que manera


    que risa como snape "molesta" a draco


    sirius y snape no me sorprende jejeje ;)

    Att:Taeko-kun

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    Respuestas
    1. Si que lo es T.T, es por eso que esta todo ''apagadito''

      Esta en una situación desesperante, por eso recurre a estrategias un poco... extremas :S

      Jajaj esa escena me mató, siempre quise hacerla, hasta que por fin me llegó el momento n.n

      De hecho... no los tenía contemplado, pero una de mis lectoras me pidió que los incluyera, así que ahí estan jeje no hay mucha relevancia en la historia su relación, pero aparecen en una que otra escena n.n

      Besitos
      PISLIB n_n

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