viernes, 13 de enero de 2012

Capitulo Treinta: Impulsos.

Cómo llegar a tu corazón


Capitulo Treinta: Impulsos.


Después de la gran sorpresa que les dio Theo al llegar justo en el momento del abrazo, los chicos estuvieron un rato mas conversando sobre lo que harían en el próximo año. Los primeros en despedirse fueron Blaise y Ron, los cuales se dirigieron a la habitación de éste último. Después le siguieron  Draco y Neville, los cuales decidieron irse a la sala común de Slytherin, pues el cuarto de Neville estaba ocupado por el pelirrojo y su novio, dejando en la sala común solos a Theo y a Harry, los cuales decidieron quedarse a dormir en el sofá frente a la chimenea.
*****
El pelirrojo condujo a su novio hasta su cama, ambos se acostaron abrazándose.
-Te amo – le dijo y lo besó dulcemente el italiano.
-¿Sucede algo? – preguntó un poco alarmado el pelirrojo después del delicioso beso.
-No – le respondió confuso el Slytherin – pero mañana mismo regresa Pansy.
-¿Tu prometida?
-Sí, mañana le confirmaré lo del Pacto y nos pondremos de acuerdo para ver cómo desarrollar el hechizo para anularlo – Ron asintió y en sus ojos había un brillo de luz – la semana que viene… es el compromiso – dejó salir de pronto Blaise, haciendo que Ron entornara los ojos.
-¿Tan pronto?
-Sí, aunque aún no sé muy bien qué día, por eso es necesario que Pansy y yo hablemos y arreglemos todo para deshacernos de eso y entonces, tu y yo estaremos juntos sin que ningún maldito Pacto esté de por medio.
-¡Genial Blaise! – dijo jubiloso el pelirrojo, dándole un gran beso – pero… ¿y tu papás?
-Me importan una calabaza – el pelirrojo alzó las cejas en son de sorpresa – me refiero a que no me van a obligar hacer algo que yo no quiero.
-Pero y si ellos…
-Shhh solo quiera estar contigo mi lindo pelirrojo – lo silenció con un par de dedos.
-Te amo Blaise – le dijo el pelirrojo besándolo.
-Y yo a ti – le respondió el Slytherin devolviéndole el beso.
*****
Draco entró a su habitación seguido de un Neville nervioso. Era la segunda vez que estaba en esa habitación a solas con su novio y eso no hizo más que crispar sus nervios, pues la primera vez estuvieron a punto de hacer algo sumamente intimo, sino hubiera sido porque Snape los interrumpió.
-Neville, ¿estás bien? – le preguntó el rubio al acostarse en el cama.
-Sí – murmuró acostándose del otro lado, mientras que con sus dedos jugaba con la orilla de la sabana.
-¡Ey! – Le llamó quedo el Slytherin, mientras que con una de sus manos lo tomaba de la barbilla para que lo viera a los ojos – no haremos nada de lo que no quieras ¿de acuerdo? – Neville entornó los ojos ¿al caso Draco había leído sus pensamientos? Pero aún así, el moreno asintió levemente.
-Pero, si quiero hacerlo – murmuró sonrojado el Gryffindor.
Draco besó a su novio suavemente, primero su labio inferior, luego el superior, después se fue adentrando a su boca, mientras que con una de sus manos comenzó a acariciar sus brazos, los cuales, Neville, los tenía ya ocupados con acariciar el cuerpo de su novio.
El Slytherin, se puso suavemente  encima del Gryffindor, sin cortar el beso, que luego bajó hasta su cuello y no solo eso, sino que también comenzó a besar y a medio mordisquear, sacando leve gemidos de placer por parte de su novio, el cual comenzó con un movimiento de cadera bajo él, sorprendiéndolo ligeramente… al parecer su novio ya no era tan tímido. 
-Nev… - gimió de placer Draco, cuando Neville volvió a mover su cadera hacia arriba rozando su media erección.
El Gryffindor al percatarse que sus caricias y movimientos excitaban a su novio, comenzó a besarlo en el cuello, haciendo que Draco se doblara por el placer producido y en un rápido movimiento  Neville se puso encima del rubio al cual comenzó a besarlo con mucho más frenesí, explorando la boca de aquel chico. 
¡Por Salazar! ¿Ese chico era el mismo Neville Longbottom?
Draco estaba sorprendió y complacido a la vez, le encantaba ese nuevo Neville, oh por supuesto que sí! Le encantaba la manera de cómo ahora, su atolondrado Gryffindor tomaba el control. Lo excitaba, así como también lo hacía cada vez que hacía ese movimiento de caderas, esas manos acariciar sus piernas y esa boca tan salvaje que lo poseía… Y todavía más, cuando ahora comenzó a desabrochar su túnica, arrancando algunos botones de por medio, pero a Draco no le importó, es más hasta le ayudó a quitársela, pues Neville al percatarse que había estropeado la túnica se había detenido.
-Continua… mi atolondrado Gryffindor – le susurró excitado Draco al oído, mientras que le daba un beso en ese lugar.
-¿Atolondrado? – preguntó perplejo Neville deteniendo todos sus movimientos y Draco temió que se enojara el chico.
-Emh… sí, pero es de cariño – le dijo mientras le daba un beso casto en los labios. El rubio parpadeó nervioso, pero después vio una dulce sonrisa en su cara y eso lo tranquilizó.
-Bien, mi rubio Slytherin – le dijo Neville devolviéndole el beso casto y Draco enarcó una ceja, pero también sonrió ante su nuevo mote. Le encantaba y más si venía de su atolondrado Gryffindor.
-¿Qué ocurre? – preguntó Draco después de un rato, cuando Neville se quedó quieto.
-Es que… yo… yo nunca – tartamudeaba el Gryffindor poniéndose rojo y Draco comprendió a lo que se refería.
-Para serte sincero… yo tampoco – le confesó el rubio – solo han sido besos y caricias, pero más allá de eso: nada.
Neville lo vio a los ojos y pudo ver sinceridad en ellos, pero aún así, se quitó de encima de él y se acostó a un lado, derrotado.
-¿Qué? – preguntó alarmado Draco.
-Quizás con un chico esto es lo más lejos que hayas llegado, pero con las chicas…
-Ni con ellas, Neville te lo juro – le dijo viéndolo a los ojos – además, eso no importaría ¿sabes por qué? Porque con el que si me importaría es contigo, porque te amo – le dijo y después de verle una sonrisa a su novio lo besó.
-Draco, yo…
-Está bien, lo dejaremos para otro momento, pero tenemos que hacer algo de todas formas con nuestros amiguitos – le dijo sonriente y Neville se sonrojó al notar también su erección tras la túnica.
-¿Cómo? – Draco le sonrió de lado.
Minutos más tarde, ambos chicos solo estaban en bóxers, mientras se besaban. Esta vez Draco era el que estaba encima de Neville, mientras hacía movimientos con sus caderas, para que ambos miembros se rozaran tras sus ropas interiores, para el Gryffindor eso era la sensación más maravillosa que había sentido como pudo tomó su varita con su mano derecha (pues la izquierda estaba ocupada con acariciar la espalda desnuda de su novio)  y murmuró unas palabras a medias, porque su boca también estaba ocupada con besar a su novio, el cual supo adivinar las intensiones del león. Así que, él lo hizo, se separó unos segundos, los suficientes para murmurar un hechizo y deshacerse de las ultimas prendas que eran un obstáculo para la actividad que hacían.
Ambos chicos gimieron ante el contacto directo de ambos miembros, Neville enlazó sus piernas a las caderas de Draco para que su intimidad hiciera más presión en la de su novio. Draco besaba y dejaba un rastro de saliva en el cuello de su novio, el cual ante esto no hacía más que mover más frenéticamente su cadera hacia arriba.
Slytherin y Gryffindor sudaban, jadeaban, besaban y hacían sus movimientos de cadera arriba-abajo más rápidos, hasta que ambos llegaron al clímax con un jadeo más fuerte, cerrando esa entrega de lujuria con un beso sublime, pues ya no tenían más fuerzas para hacerlo de otro modo.
-Te amo.
Dejó salir Neville después del beso y Draco le respondió con otro beso, dándole a entender que él también lo amaba, después se recostó en su pecho, donde casi instantáneamente se quedó dormido, pues ese movimiento sutil que hacia el pecho de su novio, al compas de la respiración lo hizo llevar a la inconsciencia mas pronto de lo que quería en realidad… 
*****
-Dame una razón poderosa para que quizás, repito quizás pueda hacer algo al respecto y anular el Pacto – le había dicho Lucius Malfoy a Severus Snape. Sin embargo el pocionista no habló – dime Severus, ¿mi hijo está enamorado? – tanteó el terreno el dueño de la mansión.
En cambio Snape, solo lo observaba, sabía que Lucius no era tonto y posiblemente tuviera sus sospechas, pero él se encargaría de que Lucius solo las dejara así, en simple sospechas.
-Sí – confesó el pocionista.
-Y supongo que no es de su prometida.
-Así es.
-¿Y quién es?
-No me corresponde decirlo.
-¿No te corresponde decirlo? O no quieres decirme – le dijo Lucius entrecerrando los ojos.
-Ambas cosas – le respondió sonriendo de lado.
-Solo espero que no le hayas… delegado tu condición – dejó salir arrastrando las palabras el rubio.
-¿Qué?
-Sabes a lo que me refiero Severus… tu eres parte de esa ridícula moda y encima tienes al pulgoso ese como… - no completó la oración pues sinceramente eso se le hacia una gran aberración ¿Cómo podían amarse dos hombres y encima probarse su amor teniendo…? ¡Grrr eso era algo absurdo!
-Cuando me elegiste como padrino de Draco, esa ‘condición’, como la llamas tu, no te importó – le reclamó Snape.
-No, pero no quiero que mi hijo sea parte de… eso – espetó Lucius levantándose  de su lugar – ya es tarde Severus – dijo saliendo del lugar dando por terminada así con la conversación.
*****
Un nuevo día se asomaba y a pesar que era Navidad, Ron había madrugado e  iba por el pasillo directo hacia el Gran Comedor, pues entre él y los ‘postres de calabaza’ no había nadie que se interfiriera, pero cuando iba a medio camino, se encontró a una persona, a la cual había olvidado por completo de su visita.
-¿Sirius?
-¡Ron! ¿Cómo esta Harry? ¿Dónde está? ¡Ya lo busqué por todo el castillo y no lo he visto! – le respondió el animago un poco desesperado, pues ansiaba por ver a su ahijado y consolarlo de una vez.
-Pues seguramente debe estar con Theo… – comenzó a explicar el pelirrojo.
-¡Esa maldita serpiente! – Interrumpió el animago – seguramente se está burlando de él nuevamente ¿cierto?
-No, de hecho ellos… - y nuevamente fue interrumpido.
-Pero me escuchará, ¡claro que lo hará! Seguro, por eso no me ha contestado las cartas, mi ahijado se ha de sentir muy triste por el maldito ese… vas a ver Ron, ¡ese Theodore Nott que se considere serpiente muerta! – amenazaba el ojiazul, mientras se daba la vuelta para buscar al responsable de la ‘tristeza de su ahijado’.
-¡Sirius! ¡Espera!
Pero el animago ya había emprendido su camino: directo a saldar cuenta con el Slytherin.
El pelirrojo no se lo pensó dos veces y se fue en busca de su amigo ojiverde, antes de que el padrino de éste degollara a su novio.
*****
En la entrada del campo de Quidditch estaban un par de chicos tratando de un asunto muy importante.
-¡NO! Qué parte de: Voy… a… cumplir… con… el… Pacto… ¿no entiendes? – recitaba una chica rubia.
El Slytherin  hacia lo posible para no salirse de quicio, pero la chica parecía que no cambiaría de parecer.
-¡Bien! – soltó Theo, pues este era el tercer intento y la chica no más no daba su brazo a torcer – Pues entonces pongamos las cosas en claro Daphne, tal vez sí cumpla con el Pacto y me case contigo, pero eso no cambiaran las cosas.
-¿Qué cosas? – preguntó confusa la chica.
-Yo amo a Harry y siempre lo haré y por más años que estemos casados tú y yo no me harán quererte.
-¡¿Por qué eres así?! ¡No digas esas cosas! – decía la chica al borde del llanto.
-Te estoy siendo sincero Daphne, desde un principio te  lo dije y te lo estoy volviendo a repetir.
-Pero, pero tal vez sí te vas a enamorar de mí, a lo mejor no ahora, pero más adelante sí – decía la chica entre sollozos.
-No lo creo Daphne – dejó salir Theo sinceramente.
-¡Demonios! ¡¿Que tiene ese Potter que no tenga yo?! Soy bonita, con dinero, ¡puedo tener hijos! ¡maldición! ¡SOY MUJER! – gritó histérica la chica mientras le daba unos débiles golpe al pecho al Slytherin.
-Daphne…
Pero el Slytherin no tuvo tiempo de explicarle cómo estaban en realidad las cosas a la chica, pues una mano ajena lo tomó de su túnica y lo pegó a la pared sin delicadeza, el chico sacó un gemido de dolor por el golpe.
-¡Así te quería encontrar, serpiente! – dijo en tono amenazador Sirius al chico.
El castaño parpadeo nervioso y tragó saliva con dificultad, no sabía por qué, pero al tener al padrino de su novio, con demasiada ventaja no le agradaba en lo más mínimo.
-¡Suéltelo! – gritó la chica desesperada al ver cómo aquel sujeto, tenía a Theo apresado en la pared, con una mano y con la otra le apuntaba con la varita.
-Mira niñita, mejor vete de aquí, no vaya ser que por accidente te hechice a ti también – le dijo sin mirarla siquiera, el animago.
La chica no lo pensó dos veces y se fue de ahí, no por la amenaza… si no para pedir ayuda.
*****
Harry había estado en la biblioteca investigando sobre el famoso Pacto Pureblood, pero no encontró mucha información y eso lo entristeció en demasía, quería ayudar a su novio a  anularlo, pero sus investigaciones no ayudaron mucho que digamos.
Así que, se dirigía a los jardines traseros para ir a encontrarse con su novio Theo, pues seguramente a estas horas, ya debía de haber terminado de hablar con Daphne.
-¡Hola, Harry! – le saludó una voz cantarina.
-¡Luna! ¿Qué tal? – le respondió el saludo al tenerla frente a él.
-¿Te sientes bien? ¿No me digas que los ‘Troposolus’ se te han metido por la nariz?
-Emh, no… ¿Qué?... no – dijo confuso el chico.
-Entonces, ¿por qué estas triste?
-Pues…
-¿Es por lo del Pacto?
-Tú, ¿Cómo?
-Pues yo también estoy dentro del Pacto – dijo como si nada la chica rubia, mientras comenzaban a caminar hacia fuera del castillo.
-Ahh… lo siento – confesó sincero el ojiverde.
-No, está bien, yo sí lo quiero cumplir y él también.
-Pues, que bien Luna – solo atinó a decir.
-Tú no te preocupes, Daphne tiene que cambiar de opinión – soltó de pronto la Ravenclaw.
-Pues eso espero.
-Lo hará
-¿Cómo estás tan segura? – le preguntó ceñudo el ojiverde.
-Pues si ella dice querer mucho a Theo, entonces no puede obligarlo a hacer algo que él no quiere ¿cierto?
-Emh… pues no, ento…
-¡Harry! ¡HARRY! – lo llamó Ron corriendo hasta con él.
-¿Qué ocurre Ron? – preguntó sobresaltado el moreno.
-¡Tu padrino Harry! ¡Sirius!
-¿Qué le pasó? – preguntó alarmado.
-¿Qué le pasó? ¡NO!  ¡Qué va a pasar!
Minutos después Harry corría como loco por todo el castillo buscando a su padrino; ‘el mapa Harry’ escuchó sugerirle Ron, pero éste estaba en la torre de Gryffindor y en lo que iba hasta allá,  ya sería tarde… conocía demasiado bien a su padrino, era de aquellos que primero atacan y después preguntan.
*****
Theo sentía la presión de la punta de la varita del animago cada vez más fuerte en su cuello.
-Dime, ¿ustedes los Slytherin no se cansan de burlarse de los Gryffindor verdad? ¿Qué es lo divertido? ¡Explícame! – exigió Black.
-¿De qué…?
-¡Silencio! – Interrumpió el ojiazul – ¿tú y Malfoy se divirtieron mucho anoche, verdad? – el castaño lo veía perplejo, ¿Qué tenía que ver Draco en todo esto? – no me mires así.
-Señor Black… - trató de hablar el Slytherin, quería calmarlo, pues el mayor no era de complexión robusta ni nada, pero cada vez con su cuerpo lo empujaba hacia la pared, enterrándole las rodillas y los codos en su cuerpo y contando que el antebrazo izquierdo cada vez se arremetía contra su cuello apretándole la nuez y con la otra mano haciendo más presión en su lado derecho con la varita, pues digamos que al Slytherin le estaba haciendo falta el aire – Si-Sirius…
El Slytherin le envió una mirada confusa, pues sinceramente no sabía de qué demonios hablaba el animago ¿Malfoy? ¿Qué demonios tenía que ver Draco en todo eso?
Por otro lado, Sirius estaba enojado con aquel chico por lo de su ahijado, pero al tenerlo frente a él y reconocer aquel uniforme se sintió en los tiempos de Hogwarts e inmediatamente su mente viajó al pasado y confundió al chico con uno de sus antiguos ‘novios’ oh, porque ese chico le recordaba tanto a él, a su Severus, con el cual peleó y se distanciaron, tiempo después se reencontraron y decidieron darse otra oportunidad, donde todo iba tan bien, pero luego llegaron las vacaciones y a Snape se le ocurrió irse con el oxigenado de Malfoy, grrr cosa que no le agradó en lo más mínimo al animago.
-¡Maldito mentiroso! ¡Te gustó dejarme por él! ¿Cierto? – Seguía reclamando - ¿Por qué demonios preferiste pasar la Navidad con él? ¿Por qué Severus?
Llegó un momento en que Sirius hizo demasiada presión en el cuello del chico, haciendo que este comenzara a tornarse de un color más pálido.
-Si.. Siri… - trataba de hablar Theo, pero el mayor no parecía  interesado en soltarlo.
-Más vale que lo sueltes Black – gruñó una voz atrás del animago,  sosteniéndolo con fuerza del hombro, para así alejarlo del chico.
-No me toques Snivellus – respondió el animago, reconociendo la voz de aquella persona, dejando completamente a su víctima, la cual cayó de rodillas y dando algunas arcadas por la falta de aire reciente.
-¿Estás bien Nott? – preguntó el profesor.
-Sí – apenas dijo el Slytherin.
-¡Claro que está bien! Por desgracia… - dejó salir Sirius resentido.
-¡Tu! – le dijo el pocionista viéndolo a los ojos de su supuesto novio – con Dumbledore, ¡ahora!
-¡Tú no me das ordenes! – chilló el animago.
-Aquí, sí – dijo triunfante Snape porque por desgracia de Sirius y fortuna de Snape eso era cierto.
-¡Sirius! – gritó Harry corriendo y fue entonces, cuando el animago cayó en cuenta del error que acaba de cometer con el otro chico.
-Ay, no – murmuró, mientras ayudaba a levantar al Slytherin.
-Ay sí, Sirius, esta vez te pasaste – rugió Snape.
-¡Theo! ¿Estás bien? – preguntó preocupado el ojiverde al llegar al lugar.
-Sí – dijo más tranquilo el castaño.
-¿Qué demonios le hiciste Sirius? – le reclamó Harry y el animago no supo cómo defenderse.
-Señor Potter, después le reclamará todo lo que quiera – dijo Snape – por el momento Black tiene una cita con el director.
Y sin más Snape se llevó a su novio consigo, que si Harry tuviera conocimiento de su relación, se hubiera dado cuenta que Snape se había llevado a su padrino para sacarlo de ese apuro. Y no por ver al supuesto director.
-Siento mucho eso, Theo – fue lo único que dijo el ojiverde, mientras se encaminaba con su novio a la enfermería.

*****

Miércoles 28 de diciembre… mandaré a alguien por ti.
Feliz Navidad, hijo.
                                    Tu padre.

Así recitaba el pequeño pergamino, que Blaise Zabini, sostenía en su mano, aquella nueva mañana. Hizo una mueca de desagradado, ¿su padre no le pudo haber dado un mejor regalo de Navidad?
-¿Ocurre algo? – le preguntó un pelirrojo somnoliento que estaba acostado a su lado.
-Emh… sí, mi padre me acaba de mandar la fecha de mi compromiso.
-¿Qué? – como impulsado como un resorte el pelirrojo se sentó en la cama - ¿Cuándo?
-Esta mañana me llegó su lechuza, le pareció que sería un buen ‘regalo de Navidad’ atrasado.
-Y ¿Cuándo es tu compromiso?
-Dentro de dos días.
-¡¿Qué?!
-Tengo que hablar con Pansy, lo más pronto posible.
-¿Qué no llegaba hoy?
-Sí.
-Y ¿Cómo se hace la anulación?
-Para que la anulación del Pacto se haga correctamente y ninguna de las dos partes salga perjudicada, tenemos que hacer un tipo ritual y para serte sincero no soy bueno en esas cosas.
-Pues yo tampoco, pero te ayudaré en lo que pueda – dijo animadamente el pelirrojo.
Blaise le sonrió a su lindo pelirrojo y atrapó sus labios con los suyos, comenzando un beso suave que conforme avanzaba,  lo iba acostando a la cama, hasta que quedó él encima de su novio.
-Ejem
-Ahora ¡qué! - reclamó Blaise.
-¿Sabes Blaise? – Comenzó a decir Draco  desde el marco de la puerta – no es tu habitación para que ya vayas poniendo reglas – el moreno lo fulminó con la mirada, cuando se hubo sentado.
-Pues debiste haber llegado cinco minutos más tarde ¿sabes?
-Solo ¿cinco minutos? – Inquirió Draco burlón – creí que durabas más Blaise – oh claro, que el rubio lo dijo con doble intensión, haciendo que el Gryffindor que, también ya se había sentado, se pusiera colorado.
-Claro que duro más, ¿quieres que te lo demuestre? O al caso el que dura ese tiempo es otro.
-Por si no lo sabías…
-¡Oigan! – Reclamó un Theo desde la Sala común – no sé ustedes, pero creo que hay cosas  más importantes que tratar  que saber cuánto es lo que duran sus…
-Ya oímos Theo, ¡Por Salazar! ¡No tienes que anunciarlo para que todo Hogwarts se entere! – gritó un Blaise levantándose de la cama.
Diez minutos después, con un Blaise y un Ron más decentes, estaban en las afueras del castillo, sentados en círculo, dándose las últimas noticias, los seis chicos.
-Dos días – dejó salir Blaise.
-¿Cuándo vuelve Pansy al colegio? – preguntó Theo.
-En la tarde – comunicó Blaise.
-Bueno, esa parte no es realmente la más difícil – dejó salir Draco.
-¿No? – preguntó incrédulamente Harry.
-Así es Harry – le respondió Blaise – la parte difícil, es la reacción de mis padres.
-¿Qué es lo que te podría hacer? – preguntó Neville ingenuamente, pues creía que un castigo de parte de los padres de aquellos Slytherin, cuando mucho seria sin mesada por un año y una que otra bofetada.
-No lo sé, déjame pensarlo – ironizó Blaise – desheredarme, golpearme, cruciarme, si no es que…
-¡Blaise! – salió en defensa Draco.
-Bien, ya entendí – gruñó Neville.
-En tal caso, si deciden echarte de tu casa (que es lo más probable) te puedes ir a la mía – ofreció Theo.
-O a la mía – soltó de pronto Ron – ya sabes que en mi casa eres bienvenido – le dijo sonriente el pelirrojo y Blaise lo amo más que nunca, lo abrazó fuertemente y no se resistió a besarlo.
-Ejem… estamos en junta – soltó Draco de pronto y los demás chicos se lo agradecieron enormemente.
-Amargados –soltó en un murmullo el moreno – Gracias mi lindo pelirrojo, pero no puedo exponerte, ¡imagínate que mis padres se enteran que no quise cumplir con el Pacto por estar contigo! No es que me avergüence, pero no quiero que nada malo te pase y mientras mis padres están enojados, es mejor prevenir que lamentar.
-Bueno – dejó salir el pelirrojo – entonces si te vas a la casa de Theo, con el que se enojaran será…
-O simplemente te puedes venir a Hogwarts, es decir, no te pueden atacar estando aquí ¿no? – dijo rápidamente Harry, no quería que le pasara nada malo a su novio.
-Eso lo veremos en el momento – dejó salir Theo sonriente – en tal caso que eso suceda, te irás a mi casa o te vendrás aquí, como sea, el caso es que puedas ir a cualquier lugar, pero creo que lo que más importa es lo otro.
-Es verdad – coincidió Draco, ante las miradas perplejas de los otros chicos  – tenemos que prepararnos si tus papás se salen de control, Theo y yo estaremos ahí, porque también estamos dentro del Pacto, pero  necesitaremos refuerzos… y no, ustedes no pueden ir – se adelantó antes de que los Gryffindors hablaran – ustedes no pueden ir por obvias razones.
-¿Qué tal tu padrino? – opinó Blaise, dirigiéndose a Draco.
-Supongo que sí, se lo pediré hoy antes de la cena.
-Pues ya está dicho, ahora  ¿a ustedes ya les dieron fecha? – preguntó no queriendo la cosa Blaise.
-No – se adelantó Draco a hablar.
-Pero solo es cuestión de tiempo para que nos lo hagan saber – opinó Theo.
De pronto el ambiente se tensó un poco y los chicos se ensimismaron en sus pensamientos,  y al parecer todos tenían el mismo objetivo en sus mentes ¿Cómo hacer para que Daphne Greengrass renunciara a la idea de cumplir con el Pacto?



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2 comentarios:

  1. como tu "dijiste" sirius es sirius jeje
    no creo que daphne "ame" a theo en verdad creo quemas bien es simple atraccion/obsesion


    Att:Taeko-kun ^-^

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    1. Sipis coincido contigo U.U
      Esa Daphne ¬¬* tssss

      Saludos
      PISLIB n_n

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