domingo, 27 de marzo de 2011

Capitulo Final. La Guerra del Perfume

Perfume Slytherin
CAPÍTULO FINAL.
La Guerra del Perfume.

Harry estaba saliendo de su oficina con un gran dilema. Escasos segundos atrás había recibido una carta de parte de su amigo pelirrojo Ron, en la cual le decía, si aún poseía  algo de aquel Perfume Slytherin, puesto que quería un poco ya que había tenido una pequeña discusión con su novio Blaise y quería reconciliarse con él y que mejor utilizar aquel perfume para que fuera más fácil cumplir con su objetivo.
En otras circunstancias, Harry ayudaría con gusto a su amigo, solo que había unos pequeños inconvenientes a aquella petición. Uno: él también quería aquel perfume para hacer lo mismo con su Draco. Dos: de acuerdo con la carta de Ron había una posibilidad del cien por ciento que Blaise le pediría lo mismo a Draco y eso definitivamente no era una buena noticia.
El lado  positivo de todo esto, al menos para Harry, es que Draco no sabía el paradero de aquel perfume* y eso le daba demasiada ventaja al león, aunque eso no lo tranquilizaba mucho, puesto que ahora había tres personas tras el perfume; Ron, Blaise y él mismo, y sin contar que también la mayoría de los alumnos del colegio igualmente querían poseerlo.
-Que mal – murmuró el ojiverde caminado hacia el Gran Comedor – tengo que hacerme de ese perfume como sea antes que los demás – se propuso el león.
-¡Hola, Harry! – el aludido se sobresaltó un poco al escuchar su nombre.
-Neville – su ex compañero de casa, que ahora era profesor de la materia de Herbología, le sonrió al estar frente a él.
-Oye, Harry… necesito un favor – pidió el moreno.
-¿Qué necesitas? – le respondió solidario el ojiverde, pero al instante se arrepintió con el pedido del otro - ¿Recuerdas el Perfume Slytherin…?
*****
Draco estaba realmente aturdido, minutos atrás había recibido una carta de parte de su amigo Blaise, pidiéndole un poco de aquel Perfume Slytherin y en esos momentos recibía una carta de su amigo Theo, el cual estaba seguro que le pediría lo mismo… y no se equivocó. Eso definitivamente no eran buenas noticias, él necesitaba el Perfume para recuperar a su Harry.
Le frustraba la idea que, siendo él el creador de aquella magnifica fragancia, no podía hacer más, los ingredientes ya eran difíciles de conseguir y para su mala suerte no recordaba el ingrediente esencial, ya que en el momento en que lo estaba haciendo experimentó con muchos ingredientes. Eso era realmente frustrante.
Sumándole que ahora sus dos mejores amigos también estaban tras el perfume y posiblemente sus respectivas parejas también, solo que éstas seguramente se lo pedirían a Harry. Al menos Draco tenía una gran ventaja, lo último de aquel perfume… lo poseía su hijo y eso era realmente una GRAN ventaja.
Aunque claro, lo que no sabía Draco era que su gran ventaja en esos momentos estaba corriendo tras aquel ladrón de Ravenclaw.
-¡Vuelve aquí! – Gritaba Malfoy hijo – ¡regrésamelo!
-¡Ni que estuviera loco! – gritó el otro chico, corriendo hacia el Gran Comedor.
-¡Lo siento, Scorpius! – Se disculpaba el ojiverde corriendo a un lado de su novio – debí agarrar más fuerte la botella… o…
-Tú no tienes la culpa, Albus – le decía el rubio, sin dejar de correr – ¡mejor alcancemos al idiota ese, antes de que se acabe el perfume y no podamos hacer reconciliar a nuestros padres!
*****
En el Gran Comedor…
Draco había llegado hasta su lugar en la mesa de los profesores, no queriendo la cosa miró de reojo a su Harry, el cual estaba hablando con Neville. ¡Demonios! Seguramente Longbottom le estaría pidiendo que le consiguiera un poco de aquel Perfume. Ahora más que nunca tenía que hablar con su hijo y pedírselo antes de que éste mismo le diga algo a su novio Albus y éste a su vez le diga a su padre, es decir a Harry. Todo se estaba complicando. Todos al parecer estaban tras el perfume. Eso… era una guerra.
Un chico moreno y de grandes ojos negros, con uniforme de la casa de Ravenclaw, entró corriendo al Gran Comedor, ganándose la atención de todos los presentes, los cuales eran la mayoría de los que residían en el colegio.
-¡Tengo el Perfume Slytherin! – gritó el chico, levantando en alto su mano en la cual tenía agarrado el frasco muy conocido para ciertas personas…
En esos momentos el chico deseó haber hecho relucir su lado Ravenclaw, pues el haber anunciado aquello no había sido lo suficientemente ‘inteligente’. Un centenar de ojos lo tenían en la mira en especial el de tres profesores. Los cuales se habían lanzado miradas cómplices en el momento en que aquel alumno había dicho aquellas cuatro palabras, confirmando sus sospechas mutuamente.
Como animales en temporada de caza, la mayoría de los alumnos y profesores que conocían aquella leyenda del Perfume lo observaban. De pronto el chico  anheló no estar ahí… en cámara lenta vio a los demás alumnos acercársele de manera peligrosa, dio un paso atrás pero se topó con otros dos chicos, Albus y Scorpius, viéndolo furiosamente.
Accio Perfume! – alguien había gritado y la botellita se le escapó de sus manos, pero a medio camino, alguien lanzó otro Accio, cambiando el curso de la misma.
Minutos después los habitantes de ese salón estaban lanzándose hechizos, golpeándose, insultándose, mientras que otros no paraban de invocar al Perfume con cuanto hechizo se le viniera a la mente para apoderarse de aquella botella. McGonagall, que era la nueva directora de hace dos años atrás, estaba atónita a lo que veían sus ojos. Sus alumnos estaban como locos queriendo apoderarse de algo que iba de un lado a otro. ¡Tenía que hacer algo!
-Profesores ayúdenme a… - pero la directora no continuó, había volteado a los lados para decirle a los profesores que le ayudaran, más fue su sorpresa el encontrarse sola en la mesa – ¿en dónde…?
No le fue difícil ubicar a su profesor de DCAO, el de Herbología y el de Pociones en aquel barullo y no solo eso, también estaban ahí: Ronald Weasley, Blaise Zabini y Theodore Nott ¿En qué momento entraron? Después les preguntaría.
Llevó su varita hacia su cuello y gritó un:
-¡DETENGANSE! – la voz de la directora resonó en todo el Gran Comedor aturdiendo a más de uno.
Escasos segundo todo el lugar se quedó inmovilizado a excepción de un pequeño frasco que caía en cámara lenta desde el techo…
-¡Expulso! - Dijo Minerva y el pequeño frasco explotó en pequeños pedazos ante las miradas horrorizadas de todos los presentes, bañándolos con una mínima brisa de aquella fragancia, dando fin así al Perfume Slytherin…
*****
Una semana después…
Draco deambulaba por los alrededores del castillo, había estado un poco deprimido por la forma en cómo había terminado todo el asunto del Perfume, pero después de varios días de estarse lamentando decidió  ponerle fin a eso.  Es decir, ¿desde cuándo Draco Malfoy Black necesitaba de ‘algo’ para cumplir con su objetivo? Si sus amigos Theodore y Blaise pudieron hacer las paces con sus respectivas parejas sin la ayuda de nada, ¿Por qué él no?
-Agr – gruñó el rubio – ¡Hoy nos reconciliamos sí o sí Harry! – con la moral muy en alto el ex Príncipe de Slytherin muy decidido se dirigió hacia la oficina del profesor de DCAO. Quien se encontraba caminando de un lado a otro, frente a su escritorio, llevaba un tiempo haciendo algunas investigaciones después de haber presenciado el ‘asesinato’ de aquel codiciado perfume. Casi no salía de su oficina, estaba tan enfrascado en esa investigación de suma importancia la cual… no iba muy bien que digamos.
-¡Por Merlín! – Dio un grito desesperado – ¡No hay nada! – se desquitó con el indefenso libro lazándolo al suelo donde se encontraban otros libros más que habían tenido el mismo destino que ese.
El ojiverde comenzó nuevamente a caminar de un lado a otro, exprimiéndose el cerebro, ya que no encontraba la manera de cómo demonios reconciliarse con Draco. Lo extrañaba, lo amaba, quería tenerlo en sus brazos nuevamente, quería que el rubio volviera hacerlo suyo tal como él sabía hacerlo, pero, ¿Cómo recuperarlo?
-No puedo llegar y decirte… “Draco, lo siento, sé que fui un idiota al decirte que amaba más a tu perfume que a ti… pero la verdad es que te amo y te he extrañado mucho, no puedo estar más un minuto sin ti, por favor, regresa conmigo. Puedo… ¿puedo ser tu novio nuevamente?”
Harry se dejó caer en la silla, se había llevado las manos a la cara, pero al quitarlas descubrió un par de zapatos muy conocidos frente a él al subir la mirada se encontró con un par de ojos grises muy hermosos.
-¿Por qué no lo intentas? – le propuso Draco, con una sonrisa de lado.
-¿Qué…? – Harry parpadeó nervioso, ¿acaso Draco había escuchado lo que había dicho segundos atrás?
-Sobre lo de ‘idiota’… no te culpo – le dijo Draco levantando a Harry de la silla, el cual sonrió un poco nervioso – y en cuanto a lo otro… ¿por qué no me lo preguntas? – le retó inquisidor el rubio y el ojiverde sonrió confirmando su sospecha.
-Draco… te amo, nunca dejé de hacerlo – confesó el chico de ojos verdes - ¿Puedo ser tu novio nuevamente? – el aludido se acercó lentamente a su oído y le susurró un:
-No… - Harry parpadeó nervioso y se enfrentó a él cara a cara – no quiero que seas mi novio Harry… quiero que seas algo más que eso.
Al ex Gryffindor le brillaron los ojos de felicidad al igual que al ex Slytherin y sin perder más tiempo se besaron un poco desesperados, tanto había sido el tiempo perdido que querían de alguna manera compensarlo.
-Supongo que eso es un ‘Sí’ – dejó salir sonriente Harry al momento de separarse.
Draco sonriéndole de lado le extendió la mano y el moreno le extendió la suya, el rubio la entrelazó con la de él y ambos salieron de la oficina, juntos nuevamente. Como siempre debieron haber estado.  
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N/A
Aclaraciones:
*Draco no sabía la ubicación del perfume, porque se lo prestó a Blaise y a éste se lo robaron (esa era su explicación racional) pero sabemos que en realidad fue Neville el que lo ‘tomó prestado’ para usarlo y así conquistar a Theodore. Lo  recuerdan ¿cierto? Y bueno a Neville se lo robó Sirius para ‘reconciliarse’ con Snape.
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